Desde hace ya diez años, la Fundación Jaso, en Pamplona, saca adelante el proyecto educativo Jaso Musikala, un espectáculo realizado por estudiantes de 12 a 16 años, que ha sido reconocido con el galardón de la Juventud del Gobierno de Navarra y por la Asociación Española de Neurología y que ha sido presentado en el IX Congreso de Educación y Teatro en Reykjavik, Islandia.
El proyecto, totalmente en euskera, utiliza la metodología STEAM por los acrónimos en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas,un método que promueve la ruptura de barreras entre disciplinas académicas y que, en este caso, converge en un musical donde 50 estudiantes de Secundaria aplican conocimientos aprendidos en clase.
Para ello, según explica en una entrevista con EFE Imanol Janices, uno de los directores artísticos: en atrezzo son protagonistas la tecnología y las matemáticas; en el escenario tienen más presencia música y educación física; en el guión destaca la literatura; y en el equipo de multimedia trabajan con softwares, "que no son habituales en los centros".
El director del centro, Unai Arellano, subraya que esta es "la virtud" principal de un proyecto, "producto de los valores y la forma de trabajar de la ikastola", y que ha generado, "una gran cultura de querer entrar al musical".
Iranzu Zabalza, otra de las directoras del musical, señala que "hay hueco para todo tipo y perfil de alumno", y hace referencia a quienes preparan y mueven la escenografía, que llevan las luces, el sonido, o quienes gestionan las redes sociales, cuyo rol se decide, habitualmente, con una "muestra de habilidades".
"Ellos muestran lo que saben hacer, y en el camino desarrollan nuevas habilidades. Un año entró a atrezzo un chaval que hacía grafitis y creamos un número basado en eso donde los de atrezzo tuvieron la oportunidad de mostrar su habilidad en directo", relata Janices.
UN MUSICAL CON EL EUSKERA COMO BASE
Jaso Musikala es también reflejo del modelo educativo de la ikastola, donde el euskera es algo fundamental e "identitario" tanto en el centro como en el musical.
Tanto los ensayos como las actuaciones se desarrollan en este idioma, puesto que, cómo asegura Janices, "Si puede ir a verse una ópera en inglés, en italiano o en alemán, con subtítulos, también puede hacerse con el euskera", aunque en su caso, no empezaron a usar subtítulos hasta hace aproximadamente un año, puesto que la mayoría de su público habitual es vascoparlante.
"Ver cómo llegan a utilizar la lengua, para nosotros, que estamos en un entorno sociolingüístico bastante castellano parlante, es muy importante. De hecho, Euskaltzaindia, la Real Academia de la Lengua Vasca nos ha reconocido y eso es otro valor para nosotros imprescindible", señala Arellano.
Janices destaca que el proyecto, "les da una conexión positiva con la ikastola y con el euskera, porque están utilizando esa lengua vehicular para algo que les gusta, no solo para estudiar."
Aunque el grueso del proyecto recae en los alumnos y algunos profesores, también cuentan con más de una quincena de empresas y profesionales asociados, que, según Janices, "dan al musical esa imagen profesional".
Compañías como la ingeniera Comanai, la de Comunicación Chankko, la productora Festaro o Binario Estudio, entre otras, y técnicos como el escenógrafo Javier Larreina, que guía a los alumnos en la preparación del atrezzo y el montaje del escenario, y el músico Gorka Pastor, que realiza los arreglos musicales para la obra final.
Aquí los alumnos veteranos adquieren "una carga, una iniciativa y un liderazgo fundamental", porque son ellos quienes transmiten los conocimientos al siguiente grupo", explica Zabalza.
Hasta ahora Jaso Musikala ha abordado temáticas como la memoria histórica; la igualdad de género a nivel laboral; la identidad de género y sexual; la inmigración y el uso excesivo de la tecnología, o el Alzheimer, que bajo el título 'XIMUR Musikala', recibió el premio Alzheimer Social 2021, de la Asociación Española de Neurología.
UN PROYECTO QUE DESPIERTA VOCACIONES
Diez años y cientos de alumnos después, este proyecto ha conseguido despertar en sus participantes ciertas inquietudes e intereses que les han marcado hasta el nivel de hacerle decidir un tipo de carrera profesional determinada.
"Hay muchos alumnos que han salido con las aspiraciones y los objetivos de seguir trabajando y dedicándose a esto, no solo al teatro musical, que son los más obvios, sino también al sonido, e incluso al diseño de videojuegos", relata Janices.
Este es el caso de Irati Sanz, antigua alumna de la ikastola, ahora en primero de Bachillerato, que, tras su paso por el grupo de multimedia preparando los micrófonos para la orquesta y encargándose del sonido, ha decidido estudiar algo relacionado con este ámbito profesional.
"Siempre me habían interesado el sonido, la iluminación, pero no conocía bien ese mundo hasta que tuve un contacto directo con él. Ahora que lo he probado quiero seguir explotándolo. A lo mejor cuando termine Bachiller he cambiado de idea, pero de momento son algo a lo que me quiero dedicar", asegura.