Jata, una cumbre sobre la costa vizcaina

Cerca de la costa vizcaina, en la comarca de Uribe Kosta, se encuentra la población de Mungia. Y muy cerca de aquí está la urbanización Elordigane, que es desde donde arrancaremos la ruta de hoy. También podríamos partir desde Mungia, siguiendo el trayecto de la carrera Lau Haizeta Trail, ya que existen marcas que Manu, una persona muy querida en la zona y con un corazón que no le cabe en el pecho, junto con su mujer, ha colocado en el recorrido de la carrera. Pero en esta ocasión, y debido a temas forestales y que hay varias zonas transitadas por máquinas, partimos desde la urbanización de Elordigane.

Desde allí, atravesamos el bosque para toparnos con un tramo de asfalto que es la carretera que lleva a Markaida. Será un pequeño tramo que abandonaremos rápidamente, en el primer cruce a la izquierda.

Ahora continuamos por una pista cementada que da servicio a varios caseríos, así como a una empresa de plantas. Este tramo, quitando la bajada de inicio por el bosque, es bastante monótono. Dicho tedio es roto por los comentarios y la charla de mis dos compañeros de ruta. Tengo la suerte de volver a compartir kilómetros y zona con Manu –qué mejor anfitrión que el que casi se conoce cada piedra del camino, senda y ruta de estos lares– y mi amiga Vero, que me va a echar una mano con las fotos.

Gracias a ellos, a su sonrisa, a su compañía, en un abrir y cerrar de ojos nos situamos en terreno propio de monte ya con el Jata delante de nosotros.

A nuestra derecha, mientras ascendemos por una cómoda pista por la que transitan varias familias –esto habla del carácter sencillo de esta ruta–, se encuentra Tallu, otro monte muy conocido de este enclave. Mucha gente realiza las dos subidas desde Mungia, primero Tallu, que cuenta con una rampa bastante dura para bajar a un collado, para desde allí ascender a Jata.

San Miguel de Zumetzaga

Precisamente a este collado es a donde llegamos. Nos recibe a la izquierda una espectacular finca repleta de flores con un colorido precioso, y a la derecha la ermita de San Miguel de Zumetzaga. Data del siglo XII y es la edificación más conocida del románico tardío en Bizkaia. Toda una joya que aprovechamos para fotografiar por todas sus caras mientras nos refrescamos con el agua que brota de la fuente allí situada.

Ahora sí que sí, aunque llevábamos ya unos kilómetros en monte, nos introducimos, a la izquierda según pasamos el caserío, por la senda que nos conducirá hasta la cima del monte Jata, y que está perfectamente indicada con señales de madera.

Los primeros metros de esta estrecha senda son de ágil avanzar, ya que el desnivel no presenta muchas dificultades. Vamos progresando de forma rápida, eso sí, en fila de a uno. Llegados a un cruce, seguimos de frente, tanto por la flecha que indica esa dirección como por los Cairns allí presentes.

Dichos Cairns son pequeños montones de piedra, colocadas de forma lo mas piramidal posible, que indican que es el camino a seguir hasta una cima de montaña. Es muy habitual verlos en zonas pedregosas, ya que de esta forma es mucho mas sencillo seguir un camino donde la senda o la pista no se intuye fácilmente.

En este momento la pendiente se torna bastante más vertical y nuestro caminar se ralentiza como no podía ser de otra manera. Bien es cierto que en ese avanzar más pausado disfrutamos, una vez hemos ganado la altura suficiente, de unas vistas preciosas, de Mungia por un lado y de la costa vizcaina con Bakio como referente por el otro.

Un mirador privilegiado

Ya casi arriba del todo aparece un improvisado mirador desde donde todo esto se magnifica aún más y las vistas anteriormente citadas aparecen nuevas como Sollube, justo encima de Bermeo, Zamudio, Plentzia e incluso los montes que separan este valle de Bilbao.

De nuevo un lugar inesperado nos revela un paisaje sorprendente, de los muchos que disponemos en la geografía vasco-navarra.

Tras un llaneo por el fugaz sendero que se esconde bajo la crecida vegetación llegamos a Jata, desde donde ya las vistas llegan a su máximo esplendor, aunando las anteriores con toda la costa desde San Juan de Gaztelugatxe hasta Getxo. Un balcón privilegiado llamado Jata (598m.)

Fotos de rigor –hay que inmortalizar este momento y este paisaje–, y comenzamos el camino de regreso. Manu nos propone no volver por el mismo sitio, y en vez de bajar por la pista de servicio cementada, vamos a descender por un sendero de hierba y tierra algunas veces frecuentado por bicicletas de monte.

Es un descenso rápido y bonito tras el que llegamos a una pista que tomamos a la izquierda. Haciendo caso omiso de cualquier cruce, seguimos faldeando, en sentido contrario al anterior, toda la mole del Jata. Finaliza nuestro caminar en los Cairns mencionados anteriormente y a partir de ahí ermita, fuente, pista, carretera en Markaida y el bosque de Elordigane ven nuestras figuras pasar para así terminar la ruta de hoy.

Gracias a mis dos acompañantes de lujo, a Vero por su sempiterna predisposición a ayudarme y estar conmigo en el monte y como no, a Manu, el mejor anfitrión que se puede tener en todos los alrededores de Mungia, y no solo para ir al monte.

Ruta sencilla, imprescindible para cualquier aficionado a la montaña y con un balcón espectacular desde donde contemplar las maravillas de nuestra orografía.