Como si de una película de ciencia-ficción se tratase, una nave de la NASA se ha estrellado la madrugada de este martes contra un asteroide para desviar la trayectoria de éste. Que no cunda el pánico, el asteroide en cuestión no representaba ningún peligro para la Tierra. La nave espacial DART, de 550 kilos, ha chocado contra el asteroide Dimorphos, de 160 metros de diámetro, como parte de un ensayo para explorar la posibilidad de desviar, de forma interesada, objetos espaciales. En Onda Vasca con Txema Gutiérrez hemos analizado este importante hito científico con Javier Armentia, director del Planetario de Pamplona.
El comienzo de la misión se remonta a noviembre de 2021, cuando la NASA lanzó la nave espacial, que desde entonces ha estado viajando a través del espacio hasta encontrarse con el asteroide. En las próximas semanas sabremos si el choque ha permitido modificar la órbita del asteroide, tal y como pretendía la NASA pero, lejos de algunos titulares "demasiado triunfalistas" Armentia valora las utilidades que han quedado demostradas.
Reconoce que, por el momento, "seguimos siendo incapaces de hacer nada" si se nos aproxima un asteroide, pero esto abre el camino para poder desviar su trayectoria de forma interesada: "Lo que podremos hacer es 'pastorear', en el sentido de que podemos intentar cambiar la trayectoria que lleva de forma natural y ponerlo en una trayectoria mas segura que no intercepte la de la Tierra".
De igual manera, también se podría intentar acercar estos objetos espaciales a nuestro planeta por intereses económicos. Muchos asteroides son muy ricos en minerales escasos en nuestro planeta, un filón cuya explotación podría estar más cercana gracias a este avance: "También podemos acercarlo para hacer que sea más rentable hacer minería en ese asteroide". ¿Será el siglo XXI el del comienzo del 'pastoreo espacial'?