UPN y su presidente, Javier Esparza, se lanzan ya en defensa del espacio electoral del partido y de sus opciones de gobierno tras las próximas elecciones. La fuga de votos al PP es una amenaza demasiado real como para ignorarla y el fichaje de Sergio Sayas y Carlos García Adanero una OPA demasiado hostil como para no responder. “El PP lo que quiere es debilitar a UPN. Viene a por los votos de UPN. Y lo que en el fondo está buscando con eso es que no gobernemos en Navarra y que no tengamos la Alcaldía de Pamplona”, replicó ayer Javier Esparza, que apela ya al voto útil de la derecha.
Hay muchas batallas soterradas en la próxima cita electoral. El 28 de mayo se eligen el Parlamento de Navarra y los 272 ayuntamientos la Comunidad Foral. También un buen número de concejos. Pero se decide además la hegemonía en la derecha en Navarra. Una disputa que enfrenta ya a UPN con el PP, y que los regionalistas quieren zanjar de raíz apelando a la unidad del voto en torno a su sigla. Todo lo que no sea votar a UPN en las próximas elecciones perjudica a los intereses de la derecha, subrayan los regionalistas, que recuerdan que el PP “no es alternativa al Gobierno de Navarra ni al Ayuntamiento de Pamplona”.
El argumentario no es nuevo y ha permitido a UPN ser siempre la referencia electoral de la derecha. Pero queda por ver si ahora va a ser suficiente, toda vez que los regionalistas ya no están en el poder, y si el movimiento de Sayas y Adanero puede facilitar un trasvase de votos que en la sede de Príncipe de Viena se vive con desprecio público pero también con preocupación.
El riesgo municipal
El fichaje de los dos diputados no ha gustado nada a los regionalistas, que atacan con argumentos políticos y personales a sus excompañeros, que hace justo una semana se daban de baja oficialmente del partido. Su paso al PP se denuncia como una “traición” y se describe como un mero interés económico. “Los navarros tienen claro que no van a apoyar a personas que han engañado a los ciudadanos sin pudor, en eso estamos muy tranquilos”, apunta Esparza, que considera que a García Adanero, candidato del PP a la alcaldía de la capital, “no le importa Pamplona” porque lo que realmente quiere es “seguir siendo diputado”. “El PP está en una estrategia de fortalecer su marca. Navarra y Pamplona les da igual”, argumenta el presidente de UPN, que recuerda que los populares en 2015 no lograron concejal y que en 2011 votaron en contra de la investidura de Yolanda Barcina, que por aquel entonces iba con el socialista Roberto Jiménez como vicepresidente.
La tranquilidad de Esparza contrasta con la preocupación que existe en algunos grupos municipales de UPN, que temen que la división penalice a la derecha con la pérdida de alcaldías importantes. Una “preocupación” que admite el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, que espera que estas cuestiones “no condicionen el voto”. “Si no hacemos bien las cosas podría tener consecuencias”, reconocía recientemente el alcalde de Pamplona.
Pero el riesgo de que la ruptura de Navarra Suma penalice en los ayuntamientos es real. La mayoría absoluta de UPN en la capital está hoy más lejos que nunca y, en el mejor de los casos, la candidata regionalista necesitará el apoyo de Adanero. Peligra también la mayoría absoluta en Tudela, lograda por Navarra Suma por apenas un concejal, y previsiblemente obligará a Alejandro Toquero a pactar con el PP si la izquierda no suma una mayoría alternativa. Y el escenario se puede repetir en otras muchas localidades navarras.
Algo que Esparza trata de evitar trazando ya un cortafuegos que frene la posible fuga de votos a su derecha. “Votar a UPN es la mejor manera de que EH Bildu no tome decisiones en Navarra y que los dirigentes socialistas salgan del Gobierno”, apunta el líder regionalista, consciente de que la decisión de romper Navarra Suma entraña muchos riesgos. Y que la responsabilidad, para bien o para mal, será fundamentalmente suya.
Adanero: “Lo fácil era seguir en UPN”
El diputado y candidato del PP a la alcaldía de Pamplona, Carlos García Adanero, aseguró ayer que para él “lo fácil” hubiera sido acatar la disciplina de UPN y apoyar la reforma laboral del Gobierno de Sánchez. “Mi vida hubiera sido más fácil si hago caso a lo que decidieron en una cena Bolaños, Cerdán y Esparza. Lo único que he hecho ha sido complicarme la vida. Ahora no estaría todo el día en el pim pam pum y recibiendo palos por todos los lados”, señaló Adanero durante una entrevista en el programa matinal de TVE. El diputado reiteró que no van a dimitir de su escaño porque fueron “elegidos en primarias por los afiliados y expulsados por la dirección”. Negó además que la decisión de votar diferente a lo que le había pedido su partido estuviera pactada con el PP, y aseguró que no se someterá a la disciplina de voto de los populares en el Congreso, donde seguirá en el grupo mixto votando “con principios y valores”.