Cultura

Javier Gallego: un grupo de amigos y 72 horas de fiesta y resaca

Con ‘La caída del imperio’, el periodista conocido por el programa ‘Carne cruda’ nos presenta una novela atípica, en la que un grupo de amigos vivirá 72 horas de vértigo llenas de fiesta, dilemas y que, en definitiva, les dejará una profunda resaca
Javier Gallego. / Oskar Gonzalez

Si se enfrentaran a la gran fiesta de sus vidas, ¿cómo la vivirían? Los protagonistas de La caída del imperio, novela de Javier Gallego, vivirán 72 horas de vértigo mientras el mundo se desmorona a su alrededor y tratan de encontrar una respuesta a su desencanto en la evasión y la rebeldía, la amistad y el amor.

Diez años ha estado dando forma a esta novela. ¿Cómo ha sido el proceso, ese primer germen que ha tardado una década en florecer?

Ha sido un proceso muy emocionante e interesante de aprendizaje. Creo que para mí ha sido como hacer un máster en novela, porque creo que era un proyecto muy ambicioso. Hacer una novela colectiva con muchos personajes, que tuviera una traza de novela histórica porque habla de un momento histórico político y social, que fuera una novela generacional y al mismo tiempo experimental... Todo eso, que eran demasiados retos para una primera novela, me ha costado diez años conseguirlo. Muchos tropiezos, muchos caminos equivocados y callejones sin salida, pero eso también ayuda a aprender. Además, yo me dedico al Periodismo, con lo que compaginar la labor de novelista no siempre es fácil. Y además me habían advertido amigos escritores que la novela te requiere muchísima atención. No puedes escapar de ella, y de hecho te persigue. 

También le habrán dicho que una vez que se empieza en este mundo, es difícil salir, ¿no?

La verdad es que me ha picado el aguijón. Y es adictivo, sí. Es verdad que en algunos momentos del proceso, que a veces es sufrido, tienes ganas de abandonar. Pero es cierto que cuando consigues llegar adonde quieres es tan satisfactorio que es muy adictivo, sí, engancha. 

En esta novela coral ha querido retratar además muchas realidades, la de unos jóvenes cada vez menos jóvenes, la del amor, la amistad, la precariedad... ¿Cómo se unen todos esos mimbres para construir La caída del imperio?

El origen de esta novela es contar la realidad de un grupo de amigos. Hacer una especie de gran canto a la amistad, y al mismo tiempo un gran canto a la juventud en su esplendor. Como el proceso además se prolonga, y por eso se llama La caída del imperio, el esplendor empieza a decaer. Y por eso yo quería hablar del paso del tiempo, del final de la juventud, de cómo esa sensación de inmortalidad, de ser emperador, que tienes cuando eres joven, se va deshaciendo con el tiempo y con las circunstancias materiales. Cómo el hacerse adulto significa tener que renunciar a algunos sueños de juventud, y cómo estos personajes luchan por mantener vivos esos sueños. Yo quería hacer una novela del nosotros, del colectivo, una clásica novela de personajes en la que muchas historias se van entrelazando. 

Además nos muestra que cuando se vive todo tan intensamente, la amistad y el amor también se viven al extremo. 

Claro, y entonces a veces los bosques se incendian y los amores fulgurantes se acaban. También esa es una de las caídas del imperio, que los amores muy intensos como los estallidos de un volcán a veces se terminan apagando.

Solemos oír hablar a veces de que no hay imperio que cien años dure. 

(Risas). Claro, yo hablo aquí de los imperios cotidianos; del imperio del amor, de la juventud y también del imperio entendido como la sociedad en la que vivimos, el sistema que nos intentan meter muchas veces a empujones. Y cómo estos personajes quieren salirse de ese molde. 

Entre los personajes encontramos a Amelia, Leo, Abel... ¿Qué significa cada uno de ellos para usted? ¿Cada uno es una parte de usted?

Bueno, es una parte de mí porque un escritor no deja de ser un médium a través del cual hablan otras voces, pero hablan otras voces también de gente que he conocido, de amigos, algunos cercanos, y luego al final un personaje se construye a base de retazos. A mí lo que me ha resultado muy gratificante y al mismo tiempo sorprendente es cómo los personajes cobran realmente vida por sí mismos, y aunque tú tienes una persona que es el origen del que parte el personaje, el personaje llega un momento en que se desembaraza. 

Cobra vida propia. 

Sí, y empieza a decir: “No, me tienes que contar a mí”. Realmente tienes que crear un ser humano vivo, y eso es lo que lo hace personaje. 

En esas conversaciones que estoy segura de que ha mantenido con todos sus personajes, ¿qué es lo más interesante que le han compartido?

La dificultad de mantenerse fiel a uno mismo. Como qué difícil es vivir, pero qué hermoso también. Creo que la juventud representa todo eso, cuando todas las posibilidades están ahí, pero al mismo tiempo muchas posibilidades se frustran. Este es el canto de una juventud desencantada.

En esta novela tampoco falta la música, ni la fiesta. Y 72 horas de marcha no son baladí. 

(Risas). Bueno, con sus resacas y sus descansos. ¿Quién no se ha pegado un fin de semana de tres días? (Risas). La juventud tiene cuerpo para hacer todo eso, y cuando la física no resiste, llega la química para mantenerlo. 

A estas alturas de la vida, ¿qué haría usted en 72 horas de fiesta?

Bueno, vivir. Es que la fiesta es una manera de vivir, una forma de entender la vida. Si la vida no tiene fiesta es un cementerio. 

Javier Gallego. Oskar Gonzalez

Y no solo encontramos la novela, sino una banda sonora al final, un manual de cómo escapar de la Policía, tipografías cambiantes, diálogos sin guiones... Está claro que no es una novela al uso. 

Yo quería hacer una novela que no fuera una novela al uso, como no son al uso los personajes que la protagonizan. Y quería hacer una fiesta sonora, lingüística y estilística como la fiesta que están viviendo ellos. Ellos están experimentando durante tres días, y yo quería que el lector experimentara a través del lenguaje las sensaciones olfativas, físicas, sonoras... Que se sintiese dentro de la fiesta. 

¿Qué siente cuando la ve en librerías? 

Siento mucho orgullo y satisfacción, porque quiero mucho a los personajes que han nacido después de diez años con ellos, y me produce muchísima emoción ver que emociona a otras personas.

11/06/2024