"La información que hay sobre las alarmas es certera pero no esta adaptada a la realidad", asegura Javier Izagirre, responsable de marketing de Segurma, empresa de servicios de seguridad integral con 37 años de experiencia que ofrece servicios para hogar y negocio y empresas. "La seguridad debería ser algo adaptado, no algo estándar. Por ese motivo en Segurma adaptamos los sistemas de seguridad en base al riesgo. Si existen más puntos vulnerables y más riesgos de robo se necesitará más hardware", explica Izagirre.
La tecnología de Segurma se basa en un equipamiento de alarma instalado en casa del cliente con una central inteligente a la que van conectados sensores, cámaras, detectores, etc. "La seguridad ha cambiado de un mundo industrial a otro tecnológico y digital. Contamos con cámaras de visión nocturna que captan imágenes nítidas con luz 0, o dispositivos que funcionan con inteligencia artificial y distinguen si una persona cruza una línea trazada en el ordenador", asegura Izagirre.
Al margen del habitual uso de una alarma para combatir robos, estos dispositivos sirven para evitar ocupaciones, "ya que las fotografías obtenidas con las cámaras ofrecen pruebas suficientes a la Ertzaintza para demostrar que se está produciendo un robo, pudiendo actuar de forma inmediata contra los ocupas" , señala Izagirre