Javier Jiménez Muro no recuerda un percance parecido desde 2005, año en el que empezó a correr los encierros de San Fermín.
No sabe si cabestro o toro, pero en un momento de su carrera en la calle Estafeta (tramo de la Bajada de Javier) cae y sufre un pisotón "de un animal". Es todo lo que recuerda de un accidente que va demasiado rápido y te desconfigura por completo la reconstrucción de los hechos, asume.
Podrá aclararlo, porque la televisión captó su caída perfectamente. Ha tenido suerte: el percance se ha quedado en una fuerte contusión a la altura del gemelo de la pierna derecha, justo donde tiene un tatuaje precisamente de un corredor de encierros.
Le han hecho placas y no tiene nada roto. "Si me coge un poco más en la tibia, me la parte", asume este vecino de Cintruénigo de 33 años y que trabaja como instalador eléctrico.
"Si puedo, mañana mismo vuelvo a correr"
Estos días suele quedarse a dormir en casa de sus tíos, en Pamplona. "Si puedo, corro mañana mismo", asegura. Pero por la mañana y a las puertas de Urgencias no podía ni pisar. Niega con la cabeza, como en desacuerdo. Pero está de buen humor cuando le recogen sus amigos, que no sabían cómo entrar a Urgencias. "¿Qué, os habéis ido a almorzar o qué?".