"En salud mental aprobamos justo pero si hablamos de salud mental en niños y adolescentes, suspendemos". Con esta afirmación Javier Urra alerta de las consecuencias que la pandemia está teniendo en los más jóvenes a los que recuerda se les ha "criminalizado" desde el principio. Siguen siendo, dice, "los grandes olvidados". Afirma que están viendo un 20% más de consultas por depresión en menores que tienen pensamientos obsesivos y están muy enganchados a las nuevas tecnologías, el alcohol o las drogas. "Los adultos sublimamos el tema de la infancia, parece que no hay maltrato, acoso...se habla pero en el fondo pensamos que el que es niño es feliz y a veces sí y a veces no".
Considera que durante la pandemia hay cosas que no se han hecho bien y que falta respecto intergeneracional. "No hemos educado a los niños para ponerse en el lugar del otro. Son muy de aquí y el ahora pero también pasa con los de 40 que no piensan en el futuro que dejan a próximas generaciones", matiza. En su opinión, no se les ha trasladado algunos mensajes importantes como las secuelas que les puede dejar el virus, "no se les ha mentalizado", lamenta. "Como sociedad hemos fracasado. Hemos educado a niños sobreprotegidos. Hemos dejado morir a los mayores en las residencias que es inadmisible y ahora no somos capaces de afrontar el problema. Cuando Europa mira el dato de paro juvenil nos preguntan qué estamos haciendo", lamenta.
Preguntado por los autores del terrible crimen de Samuel, recuerda que conocemos cómo es nuestro hijo en casa o lo que nos cuentan del colegio pero no cómo es de madrugada cuando está con el grupo. "Debemos intentar conocer mejor a nuestros hijos. Hay que educar en la no violencia y en no disparar la violencia. El pensamiento y el lenguaje van de la mano. La palabra puede ser terapéutica pero también puede matar", sentencia.