El distintivo que les reconoce como un centro educativo comprometido con el futuro de la Humanidad luce ya sobre una de las paredes del Colegio Jesuitinas de Artxanda. Y sobre el mismo, una frase que habitualmente escucha y repite su alumnado: Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo.
La institución que valida este reconocimiento ha querido descatar que la apuesta por asumir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se ha hecho desde una perspectiva integral, abarcando a todas las etapas educativas y sobre todo, porque ha querido ir más allá de la simple didáctica.
"Se ha generado un plan estratégico para impulsar el compromiso educativo en pro de un mundo sostenible con la participación del equipo directivo, el claustro y el alumnado. De este modo, se ha puesto en valor no solo el conocimiento, sino la experiencia, enfocando esta en la acción de cambio y en el impacto que el paso por dicho programa ha generado", han indicado.
Además, la entidad certificadora se ha fijado en las líneas de trabajo y en las distintas miradas y sensibilidades que aporta. "Es un programa muy eficaz y exigente porque certifica el valor de los participantes como agentes de cambio de su entorno, en lugar de enfocarse solo en el conocimiento de los contenidos ODS", describían.
Y se hace hincapié en que se trata de un programa abierto a toda la comunidad educativa y se pretende que cualquier institución, centro o persona individual interesada pueda inscribirse. "El objetivo final es que llegue al máximo de actores de la sociedad y que pueda convertirse en un modelo que transfiera la experiencia a cualquier región del mundo", subrayaban desde ODS-Certificado.
En lo que les toca, el alumnado del Colegio Jesuitinas de Artxanda ha colaborado con el Ayuntamiento, con los vecinos del barrio de Arabella y con Peñaskal Fundazioa -que se encargó de hacer unos códigos QR ilustrativos- para diseñar la ruta verde e histórica Bilboko Babesa hasta el monte Avril, su proyecto de curso para la Agenda Escolar 2030. Se trata de 5,4 kilómetros compartidos con el Camino de Santiago, el 'cinturón verde' bilbaino y la Calzada de los Zamudianos.