Sébastien Loeb (Prodrive) y Joan Barreda (Honda) se resarcieron de unos discretos inicios del Dakar en el marco de la cuarta etapa, donde alzaron los brazos en señal de victoria en coches y motos, respectivamente.
“La victoria sirve de compensación”, expresó Loeb, que asiste a una carrera aciaga que ha frustrado gran parte de sus esperanzas de ser campeón –está a 1h33:43 del líder– con diversos problemas mecánicos. De hecho, en esta última actuación, el francés perdió la dirección asistida y completó los últimos 25 kilómetros sin ayuda en el volante.
Para Barreda su 29º triunfo de etapa supuso alumbrar sus esperanzas de adjudicarse por primera vez el título y además pudo demostrarse a sí mismo que es capaz de resistir el dolor por la fractura de la falange del dedo gordo de su pie izquierdo que se produjo el lunes. El castellonense, una leyenda pese a no tener un Touareg, se convirtió en el segundo piloto que logra al menos una victoria de etapa en doce ediciones del Dakar consecutivas; la cúspide es Jordi Arcarons, que lo logró en trece seguidas.
“La única solución ahora es atacar y esperar que los demás también tengan problemas y yo no, pero llevo tres días que solo los tengo yo”, lamentó Loeb, a quien Nasser Al-Attiyah (Toyota), vigente campeón y actual líder señaló como su máximo rival. El catarí tuvo una jornada apacible, viendo cómo su inmediato perseguidor, Yazeed Al-Rajhi (Toyota), se alejó de los 13 a los 18:18 minutos.
Peterhansel remonta 20 minutos en dos etapas
Quizá Al-Attiyah deba ahora observar atentamente a Stéphane Peterhansel (Audi), que si el día previo recortó 16 minutos, ayer arañó otros cuatro para aparecer a 18:52. Monsieur Dakar, el piloto más laureado de la prueba con catorce entorchados –ocho en coches y seis en motos–, se resiste a claudicar. En los 425 kilómetros de especial disputados con inicio y llegada en Ha’Il –el recorrido era un bucle– el francés se quedó a 13 segundos de Loeb y demostró que a este paso, con diez etapas por delante, todo es posible. “¿Podremos recuperar lo que perdimos los dos primeros días –36 minutos–? Esa es la pregunta que nos hacemos”, declaró Peterhansel.
También apretó Carlos Sainz (Audi), que fue tercero, aunque solo pudo recortar 16 segundos a Al-Attiyah, cuarto a 2:06 de Loeb. El madrileño sigue alejado en la general, donde es cuarto con 32:55 de desventaja respecto al catarí. “La etapa ha ido más o menos bien, quitando que hemos pinchado una vez. Por lo demás, un día muy duro, con muchas roderas, hierba de camello, arena y algunas zonas de piedras”, describió Sainz, que recibirá 11 caballos de potencia extra después de que la FIA así lo decidiera para los Audi. “Qué sorpresa darle a nuestro rival principal 11 CV más. Gracias por matar la carrera pronto”, protestó Al-Attiyah.
En motos, Daniel Sanders (GasGas) permanece al frente de la general tras minimizar daños en la cuarta etapa, aunque Skyler Howes (Husqvarna) se aproximó a 3:33. “El brazo me duele, no estoy recuperado del todo”, lamentó Sanders, que arrastra una lesión de codo producida en la edición de 2022 que le ha obligado a pasar por el quirófano en seis ocasiones. Barreda, por su parte, aparece a 4:30 de la cabeza. “Valoro poder seguir en carrera por encima de cualquier resultado”, dijo con humildad el castellonense, que incluso se vio obligado a modificar la forma de cambiar marchas.