El Labrit de Iruñea vio el debut de Joanes Bakaikoa el 17 de enero de 2017. Esa campaña llegó a la final del Manomanista de Promoción y perdió ante Axier Arteaga (22-18). Un año después se desquitó y alcanzó el cetro ante Jon Erasun (22-17). El de Sakana regresa a una cita por la txapela del mano a mano ante Iker Salaberria en el mismo escenario que le vio florecer el sábado, a partir de las 17.15 horas.
¿Cómo llega a la final?
—Estoy bien, con muchas ganas. El Manomanista es el torneo más especial para todos los pelotaris del cuadro. Estoy muy contento.
Le ha salido todo rodado: ganó a Zubizarreta III (22-19) y Egiguren V (22-21) en cuartos y a Asier Agirre en la semifinal (17-22). El partido contra Exposito, intrascendente, no se disputó por mal de manos del de Astigarraga. En total, pleno de victorias.
—En los dos primeros partidos sufrí mucho. No estuve a mi mejor nivel, pero fui capaz de sacarlos adelante. En la semifinal pude disfrutar en la cancha y jugué bien.
Se cruzó en esa eliminatoria con Asier Agirre. Tanto usted como él se encuentran en una bisagra competitiva en Baiko, pues han disputado torneos en Primera. Piden paso para dar el salto. En resumen, fue una eliminatoria de alto nivel.
—Era un encuentro muy complicado. Somos dos pelotaris que estamos luchando para intentar jugar con los de arriba. Sabía que iba a ser muy importante, pues ganar significaba entrar en la final, pero además había mucha atención puesta en nosotros. Por suerte, me salieron las cosas.
Disputa la final contra Iker Salaberria...
—Es un pelotari muy ganador. Si se ven sus estadísticas, gana muchos partidos. Quizás en ocasiones no tiene la vistosidad de otros, pero es muy efectivo. Hace todo bien y no regala nada. Hay que jugar al cien por cien si quieres ganarle.
En el Manomanista de Promoción había delanteros como Javier Zabala, Julen Egiguren o Iker Larrazabal, en teoría más poderosos y largos, pero se disputarán la txapela dos manistas luchadores y muy pelotaris.
—El Manomanista es muy explosivo. Puede pasar cualquier cosa. Tanto en Primera como en Segunda ha habido muchas sorpresas. ¿Quién nos iba a decir que Elordi iba a llegar a la final? Por supuesto, lo ha hecho con todo el mérito del mundo y está jugando una barbaridad, pero no entraba dentro de los favoritos. Aitor está demostrando que si uno hace las cosas bien; con el saque, el saque-remate y agarrándose al partido, cualquiera puede hacer mucho daño.
Y usted es un competidor durísimo.
—Intento hacer las cosas bien. No me queda otra.
En 2017 alcanzó la final y cayó ante Axier Arteaga (22-18). Repitió presencia en la cita de 2018 y se llevó el cetro ante Jon Erasun (22-17). Cinco años después vuelve a pelear por el título.
—Durante este tiempo he vivido de todo: momentos buenos y no tan buenos. He jugado algunos partidos en Primera; ha habido ocasiones que he dado el nivel y otras que no. Por ejemplo, recuerdo el partido contra Jaka en el Manomanista de 2020. Jugué bien pero se me escapó por detalles. Iba ganando 15-5 y perdí 22-20. Erik acabó sacando la txapela ese año.
Usted es un manista que destaca en Promoción, pero en Primera no están llegando demasiadas oportunidades. ¿Qué hace para seguir teniendo hambre y ambición?
—Lo esencial es el trabajo de todos los días. Es cierto que todos damos mucha importancia al resultadismo y es lo normal, pero parece que cuando salen las cosas, tenemos más motivación, y cuando no, te hundes. En mi caso personal, intento trabajar a diario. He recibido algún palo que otro. Estando en Primera, te juegas todo a un partido, porque mano a mano y Cuatro y Medio es apenas un encuentro al año. Te juegas mucho. En ocasiones me he presionado y lo he pasado mal. Ahora mismo me centro en el trabajo diario y estoy contento donde me pongan.
Prosiga.
—Si das importancia únicamente a los campeonatos, tienes que ser consciente de que apenas hay tres al año. Si salen mal las cosas, no tienes que estar hundido los meses siguientes. He intentado aprender eso, a seguir adelante con ilusión de mejorar. Los pelotaris hablamos de disfrutar; aunque a veces hacemos lo contrario y sufrimos en la cancha. Lo ideal es gozar del día a día.
¿Llevará el cartel de favorito ante Salaberria?
—Es posible, pero eso no quiere decir nada. Lo que está claro es que cualquiera puede ganar a cualquiera en el mano a mano.