Johan le gana el pulso a su hermano Gorka en el Winter Series

Johan Sorozabal choca la mano a Imanol López y respiran hondo, de satisfacción pero también de alivio. Enderezan el Eusko Label Winter Series de cesta, competición en la que partían como favoritos pero sufrieron una derrota en su primer partido, ante Erkiaga-Ibarluzea, que dejó tocado –que no hundida– su futuro en el campeonato.

Por ello, la cita de este lunes era una de esas con presión sobre los hombros. Y Johan choca la mano a su compañero sabedor de que después de imponerse con claridad en el primer joko (15-8) y dominar el segundo (11-6 y 13-11), una revolución que lleva el nombre de Ludovic Laduche y Gorka Sorozabal, a la postre su hermano pequeño, estuvo a punto de astillarle el destino.

Dieron la vuelta los lapurtarras a la segunda manga con un arreón de carácter. Gorka mandó un derechazo al rebote para poner el trece iguales y Johan erró para acercar a los verdes al desempate (13-14). Y entonces se le aparecieron los fantasmas a Laduche. El de Getaria, que no había cometido ni una pasa, hizo dos seguidas en el peor momento. Falta. Empate a catorce sin siquiera dar un solo pelotazo. Los amarillos se fortalecieron. Mal momento para un regalo. Ludovic dejó muestras de su capacidad en ataque y defensa, no obstante; especialmente, en los instantes en los que no hubo dominio de López, el delantero asomó con habilidad y olfato.

Lo dicho: el yerro del getariarra cambió el signo. Apareció Johan, un delantero plástico, físicamente muy dotado y expeditivo, con un revés por la pared que se le atragantó a su hermano Gorka. Fue el 15-14 y un alivio.

Ocurre que el epílogo, lleno de pimienta y emoción, devolvió el oxígeno al menor de los Sorozabal y López. Ganan enteros de cara a las semifinales. Confianza.

Gran inicio de Laduche

Con todo, en el descorche, en el que fueron un relámpago Ludovic y Gorka, apóstoles del espectáculo, sus rivales fueron capaces de recomponerse cuando se calentó la pelota. Ahí apareció el Imanol imperial, que tuvo contra las cuerdas a Sorozabal. El pulso fue zumaiarra. Y Johan se puso morado a rematar.