Nikola Jokic, Jamal Murray y las constantes conexiones que se generan entre ellos en los ataques de los Denver Nuggets desquiciaron a los Miami Heat y permitieron a la franquicia de Colorado colocar el 2-1 en las finales de la NBA tras imponerse a domicilio por 94-109 en una contienda que se rompió en un tercer cuarto soberbio de los visitantes (29-20), que llegaron a gozar de ventajas de hasta 21 puntos (72-93) antes de que los anfitriones, siempre voluntariosos pero en esta ocasión demasiado fallones de cara al aro (37% en tiros de campo), llegaran a colocarse a solo nueve puntos de su rival. Sin embargo, con menos de dos minutos por disputarse, a los de Mike Malone no les tembló el pulso para acabar asaltando el Kaseya Center y quedarse a dos triunfos de su primer anillo de campeones.
Las dos grandes estrellas de los Nuggets protagonizaron un encuentro soberbio. Jokic sumó el primer triple-doble con al menos 30 puntos, 20 rebotes y 10 asistencias de la historia de las finales -el quinto registrado en unos play-offs por el título, siendo suyos tres de ellos- al firmar un 32-21-10, mientras que Murray también fue capaz de alcanzar los dobles dígitos en tres epígrafes estadísticos: 34 puntos, 10 rebotes y otras tantas asistencias. Jamás antes dos compañeros de equipo habían fabricado dos triples-dobles con más de 30 puntos, ni en temporada regular ni en las eliminatorias por el título.
Sus constantes dos contra dos, obligando a la retaguardia rival a cambiar asignaciones, fueron tremendamente dañinos para la defensa de Erik Spoelstra, que a diferencia del segundo partido no fue capaz de aislar al pívot serbio de sus compañeros. Ambos se retroalimentaron ofensivamente y con ayuda de Aaron Gordon y un magnífico Christian Braun saliendo desde el banquillo (15 puntos en 19 minutos con un solo tiro de campo fallado) resistieron otra mala noche en el lanzamiento de Michael Porter y Kentavious Caldwell-Pope (2 de 11 entre ambos).
PODER INTERIOR
Los Nuggets supieron hacer valer su jerarquía física para dominar todo lo que aconteció en ambas zonas. Su superioridad en el rebote fue incontestable (58 a 33) así como los puntos anotados en la pintura, con un abrumador 60-34, lo que hizo que su flojísimo 27,8% en el lanzamiento de tres puntos fuera totalmente intrascendente en el devenir de la contienda. De hecho, la dominaron con solo cinco lanzamientos de tres puntos anotados.
Por su parte, a los Heat les faltó un punto de sostenibilidad y de acierto para oponer más resistencia. Hasta el descanso, fueron capaces de competir de tú a tú con los Nuggets, pero en el tercer acto no pudieron jugar con comodidad y efectividad ante la agresiva retaguardia de los visitantes ni desactivar su ofensiva. Jimmy Butler y Bam Adebayo volvieron a estar a la altura de las circunstancias (28 puntos el alero, 22 y 17 rebotes el pívot), pero en esta ocasión los secundarios no aportaron el plus diferencial que sí que ofrecieron en el segundo duelo. Con Gabe Vincent y Max Strus poniendo sobre la cancha un 3 de 17 en tiros de campo (2 de 10 en triples), todo fue mucho más sencillo para Denver, que se queda a solo dos pasos de alcanzar la cima de la NBA.