El Cuatro y Medio peligra para Jon Ander Peña. Él mismo lo admitió en las entrañas del Ogueta de Gasteiz, cuando el luminoso ya había dictado sentencia: 22-16 para Jokin Altuna. “Mañana –por este lunes– haré pruebas y veremos qué es lo que tengo”, reflexionó. Posteriormente, añadió que “si arriesgamos, puedo estar de baja dos o tres meses”. Es probable que tenga que abandonar el acotado. “Es una pena”, remachó. Un pinchazo en la zona del aductor y el recto interior de su pierna mediatizó su compromiso frente al triple campeón de la especialidad. Puede ser una rotura de fibras. Peña II lo tiene claro: no va a arriesgar más de lo debido.
En caso de que hoy se cumplan los peores pronósticos y el tolosarra no pueda seguir en liza en el Cuatro y Medio, el resultado de la cita de este domingo no tendrá trascendencia competitiva y únicamente se tendrán en cuenta los cruces entre Altuna III, Peio Etxeberria y Darío, inmersos el Grupo A de la liguilla cuartos. El Reglamento del Cuatro y Medio lo especifica: “Si un pelotari, una vez disputada la primera jornada, se viese imposibilitado para continuar en el campeonato, la clasificación de la fase de liga de cuartos de final se confeccionará computando únicamente los resultados obtenidos por los que continúen”.
El Reglamento del Cuatro y Medio
Si un pelotari, una vez disputada la primera jornada, se viese imposibilitado para continuar en el campeonato, la clasificación de la fase de liga de cuartos de final se confeccionará computando únicamente los resultados obtenidos por los pelotaris que continúen en el campeonato, eliminándose el resultado que se hubiese obtenido en el partido disputado por el pelotari que hubiese abandonado.
Si un pelotari se viese imposibilitado para disputar una de las tres jornadas que conforman la fase de liga de cuartos de final, se le computará en dicho partido un resultado de 22-0 a favor de aquel contra quien debiera enfrentarse.
“Estaba haciendo el partido de mi vida”, reflexionó el delantero de Baiko, cabizbajo. Tuvo contra las cuerdas a Altuna, al que es complicado meter mano en una modalidad en la que se encuentra como pez en el agua. Solo hay que echar un vistazo a sus números: seis finales consecutivas y tres entorchados, los dos últimos seguidos. Es el absoluto dominador de la jaula y un dolor de cabeza para todos sus contrincantes. Una “bestia competitiva”, le calificó Darío en el Manomanista. Es la mejor definición. Lo tiene todo para el acotado: velocidad, defensa, técnica, paciencia.
Buen inicio de Peña
En su estreno en la presente edición, Altuna III comenzó con problemas a la hora de atacar la pelota. La duda, excepto en el tramo del 2-3 al 7-3, duró hasta que Peña se rompió. El tolosarra actuó con claridad de intenciones: ritmo, violencia, valentía.
Altuna III22
Peña II16
Duración: 54:47 minutos de juego.
Saques: 3 de Altuna III (tantos 14, 19 y 21).
Faltas de saque: Ninguna.
Pelotazos: 235 pelotazos a buena.
Tantos en juego: 12 de Altuna III y 13 de Peña II.
Errores: 3 de Altuna III y 7 de Peña II.
Marcador: 0-1, 0-2, 2-2, 2-3, 3-3, 7-3, 7-5, 8-5, 8-8, 8-11, 11-11, 11-14, 14-14, 17-14, 17-15, 19-15, 19-16 y 22-16.
Botilleros: Ejercieron de botilleros Gorka Altuna (con su primo Jokin) y Eneko Labaka (con Peña II).
Incidencias: Partido correspondiente a la primera jornada del Grupo A de la liguilla de cuartos de final del Campeonato del Cuatro y Medio de la LEP.M disputado en el frontón Ogueta de Gasteiz. Unos 250 espectadores.
Abrió la tarde el de Baiko con una de las pelotas elegidas por su contrincante en la liturgia del martes. Imprimió violencia desde el saque y movió a Altuna. Finiquitó con una bonita dejada en la punta. Prosiguió con un saque-remate. Luego, se puso 2-3, pero un dos paredes de volea cambió el signo. Jokin igualó en el tercer cartón y asomó con su habitual trazo fino, buscando ángulos. El 7-3 fue un clínic. Jon Ander, un títere.
La lesión
Peña II, con más gas en el golpe, no se rindió. Se acercó 7-5 con dos buenos remates. Un fallo le devolvió a la realidad. Respondió con rabia. Tacada de seis tantos. 8-11. Altuna no necesitó más que tres suspiros para igualar el trabajo notable de Jon Ander. El tolosarra siguió a lo suyo: aprovechó un regalo para buscar la pared y clavó dos saque-remates.