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Polideportivo

Jon Altamira: “Hubo terapia, nos miramos a la cara, nos dijimos verdades”

Jon Altamira es referencia en el Gernika, es el capitán y, por ello, tira de ambición en un equipo renacido y en víspera del derbi en Las Llanas
Jon Altamira saluda a la afición de Urbieta.
Jon Altamira saluda a la afición de Urbieta.

A Jon Altamira (Gernika, 12 de enero de 1990) le gusta hablar alto y claro. No en vano, el portero y capitán del Gernika, el equipo de su pueblo, lleva una “pila de años” en esto del fútbol y no duda en poner retos de altas miras para un conjunto foral que ha subido su cotización como la espuma en el grupo II de Segunda RFEF, donde es cuarto, en zona de play-off, y con el foco puesto en el gran derbi del domingo en Las Llanas frente al Sestao River, el líder destacado de la categoría. “El objetivo es acabar ente los cinco primeros”, proclama este profesor de Matemáticas en Bachillerato.

Se han metido en la cuarta plaza cuando viven su pico más alto del curso. ¿Cómo explica esta reconversión de su equipo que llegó a ser colista en el primer tramo de liga?

Fácil. Sea trata de un equipo nuevo y siempre cuesta al inicio. No se daban los resultados, pero era el camino que teníamos que seguir, conscientes de que los resultados iban a llegar. Los partidos se nos iban por detalles, pero la Copa supuso un punto de inflexión, que nos demostró que podíamos dejar la puerta a cero y entonces todo empezó a funcionar a base de un buen trabajo defensivo. Defendemos muy bien y generamos ocasiones, y ahora nos acompaña ese factor que es la suerte.

¿Ha habido terapia de grupo?

Sí hubo terapia grupal, porque llegamos a la décima jornada y solo habíamos ganado un partido. Te veías en el pozo, últimos. Nos juntamos jugadores y entrenadores, nos miramos a la cara, nos dijimos verdades… Nos faltaba mejorar un punto de intensidad y ya lo hemos cogido, sobre todo la gente joven, que se ha hecho a la categoría.

Lo cierto es que también han cogido el punto a Urbieta, donde encadenan seis victorias consecutivas. ¿Se sienten liberados cuando juegan en casa?

Al principio fue al revés, incluso jugábamos mejor fuera, como ocurrió en Zubieta ante la Real B. Se ha corregido esa tendencia, porque tienes la pequeña obligación de tener que ganar, pero no quiere decir que nos sintamos más cómodos.

Usted es el capitán, es del pueblo. ¿Se siente líder, es un motivador?

No me considero un líder, sino uno más del grupo. Sí tienes ese plus de ser de la casa, sientes más que otro lo que significa el Gernika y para mí es especial y un orgullo jugar en el equipo del pueblo.

Pero le toca ejercer de capitán.

He cogido el brazalete tras la marcha del gran capitán Lander Torrealdai (ya retirado), que es una responsabilidad grande. Ejerces de motivador a la gente, no debes poner mala cara y tienes que ayudar en todo lo que puedas. Mi cabeza no me veía como capitán, pero me ha tocado serlo por ser el que más años llevaba, incluso le he dicho a (Koldo) Berasaluze, que lleva un año menos, que lo lleve y, claro, no quiere (risas).

¿Jugar el ‘play-off’ es creíble?

Sí, y el año pasado ese era el objetivo, aunque se vendiera que era la permanencia porque éramos un recién ascendido. Vimos que el nivel de Segunda RFEF era más bajo que el de Segunda B y debíamos aspirar a más. Se hablaba del play-off sí o sí, fue una pena porque nos quedamos muy cerca. Esta temporada también se hablaba de la permanencia, pero tienes que se realista, tienes que tener un plan, poner esa pequeña presión de ganar todo lo posible y cuando queden ocho jornadas podremos decir hasta dónde podremos llegar. Hay que decirlo alto y claro, el objetivo es acabar entre los cinco primeros, en play-off.

Pues si ganan el domingo en Las Llanas, incluso pueden aspirar al ascenso directo.

Sería ser demasiado ambiciosos o poco realistas. El Sestao en un equipo amplio, sólido, que mantiene la base del año pasado y lo ha dicho de manera clara, su objetivo es el ascenso directo. Si ganas, te pones a cinco puntos de ellos y se abriría esa pequeña ventana de ponerse por encima del Sestao al concluir la liga. Es posible matemáticamente, pero irreal.

Es su tercera etapa en el Gernika, donde entiendo querrá retirarse.

Cumplí dos años en juveniles, me fui fuera y volví a casa para estar nueve años. El anterior lo tuve que dejar a media temporada por discrepancias con los técnicos, pero, pese a ese paréntesis, esta la considero mi segunda etapa. Esta es mi casa, me quiero retirar aquí, me permite desconectar del trabajo.

¿En qué trabaja?

Soy profesor de Matemáticas en Bachilllerato.

¿Es duro, pone muchos pencos?

(Risas) No soy duro en clase, me gusta conectar con el alumno, relacionarme con él, entenderle porque están en una edad muy complicada. Está claro que marco unas directrices, pero a la hora de la verdad soy demasiado bueno.

Tiene pasado en Lezama, en alevines, infantiles y en el Basconia (2009/10). ¿Que recuerda de aquella experiencia?

Tras hacer dos años buenos en el juvenil del Gernika me fichó el Athletic para el Basconia. Coincidí con Aitor Fernández, que era la promesa para el primer equipo, y el entrenador de porteros era Luis Llopis (hoy en día en el Real Madrid). No tuve fortuna. Sufría problemas en la rodilla, en el rotuliano. Tenía muchos dolores, pero aguantaba porque era joven y quería jugar a toda costa. En enero tuve que parar, no podía estar ni de pie para tomar una cerveza con los amigos y por desgracia no llegué a jugar ningún partido. Después estuve en el Eibar y en el Amorebieta, donde, aunque no jugué todo lo que me hubiera gustado, me llevé un gran caudal de aprendizaje.

¿A los 33 años le quedan cosas por aprender?

Sí, y mucho. No soy el de los 23 años, que tenía otro poderío físico, pero ahora te sirve la experiencia, juegas de otra manera, más tranquilo, sin presión y no tengo miedo para nada, pero te llevas a casa algo nuevo que has conocido. Con 23 años igual no sabías llevar esa presión, metías más piedras en la mochila. l

2023-02-23T11:22:03+01:00
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