“No lo pude celebrar a lo grande, porque tengo un crío pequeño, de un año, y…”. Jon Altamira (Gernika, 2 de enero de 1990) se convirtió en el gran protagonista del éxito copero del Gernika, vicecolista del grupo II de Segunda RFEF, sobre el Leganés, equipo de Segunda División, ya que en la fatídica tanda de penaltis detuvo el sexto lanzamiento del cuadro pepinero, ejecutado por Naim, que supuso la clasificación del colectivo de Aitor Larrazabal. Altamira, capitán del conjunto foral, rememora el momento: “Es un poco de todo, un poco de suerte, un poco de intuición. El árbitro me estaba diciendo que aguante la posición y me dijo: Si lo paras, lo vamos a repetir, te estás moviendo un pelín y tienes que tener los dos pies encima de la línea. Me dijo también Gorka Iraizoz –el segundo técnico del Gernika y exportero del Athletic– e Isusko (Etxebarria), que es el entrenador de porteros, que intentara aguantar todo lo que pueda. Al final es la intuición la que decide, lo que sientes en el momento. Acerté en tres la dirección del lanzamiento y a la cuarta fue la definitiva”.
El meta blanquillo, que espera que “caiga una prima en el vestuario como nos ha dicho el presidente –Koldo Zabala–”, pone el acento en el subidón que supuso apear al Leganés. “Soy del pueblo, llevo muchos años en el Gernika, soy uno de los capitanes, jugar en casa, delante de tu gente y eliminar a un equipo de Segunda División…, ¿qué más se puede pedir?”, expresa Altamira, que estuvo seis años en Lezama, el último en el Basconia, donde coincidió con Aitor Fernández, actual portero de Osasuna. Se define como un guardameta “atrevido, que su fuerte igual es el juego aéreo, donde más cómodo me encuentro, me gusta cerrar mucho los espacios, ser rápido. Igual mi debilidad es el juego de pie, que hoy en día está de moda” y desea que en el sorteo del miércoles les toque “el Athletic, que sería el premio gordo, y sino, la Real”.