El Izarra se encuentra a dos puntos de la lucha por el 'play off' de ascenso a Primera RFEF después de ganar en la última jornada, con un interino en el banquillo. Jon Ander Unanua (Lekuberri, 1994), es el preparador físico y responsable de la cantera del Izarra, equipo del que se ha hecho cargo en cinco ocasiones como técnico en temporada y media, logrando cinco victorias.
Tercera vez que asume el cargo de interino en temporada y media y lo hace con victoria
–Sí. El año pasado ante el Alavés B y el Portugalete en el play out y este año cuando se fue Rodri ante el Burgos Promesas y Racing Rioja y ahora ante el Laredo.
Menciona al Racing Rioja, que precisamente fue en Estella donde cosechó la primera derrota del curso
–Hicimos buen partido en casa. Salimos con ganas, porque ellos estaban en un momento de forma brutal con Rodrigo Hernando, que fue cesado después e hicimos un partido muy fino. Te diría que el mejor de lo que va de temporada.
Para no ser entrenador, se le da bastante bien. 5 partidos como interino y cinco victorias
–Soy preparador físico, pero me gusta considerarme preparador futbolístico, porque al final creo que soy muy cercano al juego y me gusta abordar lo físico por y para el juego. Al final entiendo yo esa preparación analítica cuando la dimensión física está hiper relacionada con lo técnico, lo táctico y lo psicológico. Abordar el entrenamiento físico desde el propio físico no tiene sentido porque el jugador es global y cuando corre en el partido corre para algo, para hacer una acción táctica, o corre en un estado emocional. Por eso me gusta abordar la preparación física desde una globalidad y al final siempre me ha tocado hacer funciones de segundo entrenador o asistente técnico. Y ahora al estar de director de cantera y de coordinador –en el Beti Kozkor también estaba con la metodología– todo lo técnico, táctico, estratégico... es lo que me ha tocado hacer.
Desconozco si le han bromeado ya y le han llamado el 'Voro del Izarra' o si le han preguntado por el secreto de haber ganado esos cinco partidos en los que ha ejercido como interino
–Alguno ha bromeado con el término Voro. Al final creo que no hay secreto, es tratar de trabajar lo mejor posible durante la semana, porque considero que si eres entrenador tu partido está durante la semana y en el fin de semana casi es más no estropear que arreglar. Es acertar con los cambios, dar la última arenga y el trabajo tiene que estar centrado de lunes a viernes. Que haya un plan, que el equipo lo tenga claro y confíe en él y tratar de hacer ejercicios que reproduzcan ese plan.
¿Qué se le pasa por la cabeza cuando le toca ejercer como interino?
–Se me pasa por la cabeza ayudar. Estoy muy agradecido a Alfonso porque desde que estaba en el Beti Kozkor, un club súper humilde, él fue la persona que me dio la oportunidad de dar el salto al Izarra y yo le voy a estar eternamente agradecido por ello, porque confió en mí y cuando baja y me pide que eche una mano, yo pienso en ayudar desde el rol que me toque y asumir las funciones que me diga con toda la ilusión.
Jon Ander Unanua, en un lance del partido ante el Laredo. Foto: Oskar Montero
¿Qué mensaje se le lanza a los jugadores en estos casos?
–El cambio de entrenador siempre es una situación difícil porque emocionalmente es complicado. Que se produzca un cambio de entrenador genera esa tristeza tanto en los jugadores como en mí. Pero entendiendo la dificultad, tratas de transmitir el nuevo reto, que es el fin de semana y centrarse mucho en el presente dejando al lado la tristeza que te pueda producir ese cambio de entrenador.
En ese escenario, ¿varía mucho su plan de trabajo cuando asume el cargo?
–Sí que es verdad que trato de proponer ejercicios que sean globales. El hecho de asumir la labor de entrenador, segundo, analista, preparador... hace que tengas que optar por ejercicios globales, que toquen todos los campos y que reproduzcan el partido lo máximo posible. Creo que los ejercicios en las semanas suelen ir enfocados al plan de partido y a tratar de que sea lo más real posible.
Desde fuera parece que hay una 'maldición' con el banquillo del Izarra, refiriéndose la expresión a que en la última temporada y media se han producido, con el de ahora, cinco cambios de entrenadores
–Es innegable que ha habido mucho cambio de entrenador, pero es verdad que todo el mundo sabe que en Estella hay mucha exigencia y que es fruto de esa exigencia. Este año nos gustaría estar en esa zona alta de la clasificación y para ello hay que ganar. En el momento en el que los resultados son un poco irregulares y no se consigue ganar, que es lo que necesitas para estar arriba, se propicia ese cambio de entrenador.
La temporada la comenzó el equipo ganando un título, la Copa Federación en Navarra, y haciendo un buen papel a nivel nacional (eliminaron en penaltis al Costa Brava de Primera RFEF, una categoría por encima). ¿Cómo valora la actuación que está firmando hasta ahora?
–El equipo está haciendo una buena temporada, y creo que siempre ha dado un paso adelante en los momentos complicados. Se gana la fase navarra, que es un título de la mano de Rodri, y en liga estamos a dos puntos del play off por lo que considero que el equipo está haciendo una buena temporada.
Mirando el final de temporada, ¿hasta dónde puede llegar el techo del equipo?
–Creo que el objetivo es no ponernos techo. El partido a partido, que suena a tópico, creo que nos está sentando muy bien, centrándonos solo en el siguiente reto. Esta semana nos centramos en el plan de partido de Zubieta, para estar lo más preparado posible. Límite ninguno, y hasta donde nos dé.
¿Y lo hará con usted en el banquillo?
–No lo sé. Yo al final estoy para lo que el club necesite y encantado de que mi etapa como interino esté saliendo bien, porque eso significa que algo se están haciendo bien las cosas, pero siempre a disposición del club desde el papel que sea para lo que necesite.
Entrando en el terreno personal, ¿qué le lleva a ser preparador físico?
–Al final me lleva a ser fiel a mi pasión y a vivir de mi pasión, que es el fútbol. Desde los 14 años tenía claro que me quería dedicar a esto, que estando en la situación en la que estoy ahora, mis lunes eran mejores que el fin de semana. Y fui cogiendo los caminos que he considerado que me podían acercar a ello. Y he tenido mi recompensa.
¿Qué formación ha obtenido?
–Esto es un reciclaje continuo y estoy al día de las tendencias con todo lo que tiene que ver con la táctica, le técnica o la preparación física. Lo más grueso ha sido el graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en INEF y he hecho un máster en rendimiento deportivo.
En otras palabras, es el trabajo oculto que no acapara portadas
–No me importa. Al final me gusta mucho mi vida y ese trabajo en silencio. Controlar las cargas con los gps, llevar un ejercicio... Siempre he estado en esa labor y la verdad que no me desagrada para nada y considero que ayudo mucho en esa labor. Al no ser un club tan profesional, hay menos personal y más personas que asumen más competencias. Por eso hablo de ser un preparador futbolístico y no físico, que asumes más labores.
¿Cuál ha sido su camino hasta llegar al Izarra?
–Empecé a los 14 años a entrenar un equipo en Lekunberri. Empecé en el Beti Kozkor, me fui a León y seguí entrenando allí. Mi profesor, Chema Izquierdo, me fichó para entrenar un equipo. A partir de ahí tuve dos etapas formativas en la Real Sociedad, una en el Sanse –donde coincidió con Alguacil y toda la hornada de los Oyarzabal, Zubeldia...– y la segunda más centrado con la metodología en el División de Honor. Luego volví más fijo al Beti Kozkor, donde de la mano de Rodri hicimos grandes cosas allí, donde estuve centrado en trasladar la metodología de trabajo de la Real y luego me llegó la oportunidad del Izarra de la que le estoy muy agradecido a Alfonso.
Siendo director de cantera, ¿le da tiempo a compaginar el fútbol con algo fuera de él?
–Hasta hace un año, sí, lo compaginaba con trabajos de gestor deportivo. Ahora considero que el volumen de trabajo es tanto, que no me daría para poder compaginarlo.
Ha mencionado en más de una ocasión la figura de Alfonso (Canela, el presidente). ¿Cómo se siente desde su llegada al club?
–Enormemente agradecido desde que llegué. Desde el primer momento ha confiado en mí, cuando no era nadie. La persona que ha creído en mí es él. Me siento muy valorado, muy a gusto, y con una carta blanca para realizar aspectos de preparación física en el equipo y en la cantera. No puedo estar más contento de estar en el Izarra y aspiro a disfrutar del día a día.