Jon Rahm regala una vuelta para soñar en el Abierto de España

Jon Rahm prometió que lo mejor de su semana en el Club de Campo Villa de Madrid estaba por llegar y lo cumplió, aunque eso no le sirvió para llevarse su cuarto triunfo en el Open de España. “Los dos primeros días pegué muy bien a la bola, pero no metí un putt. El fin de semana he podido mejorar. Espero volver el año que viene y llegar al domingo en mejor posición”, resumió el barrikoztarra tras el torneo que se escapó de su control el viernes con esa vuelta de uno sobre par que “me costó muy cara” y que abrió la puerta a los demás. El ganador final fue Matthieu Pavon, que quedó segundo el año pasado a seis golpes de Rahm. El francés de 30 años aguantó la presión y logró su primer triunfo en el DP World Tour con una ronda final de siete bajo par, la misma que el vizcaíno, y un global de -23, a solo dos golpes del récord global de -25 del propio Rahm. Además, el alemán Marcel Siem acabó ayer en diez bajo par, el mejor registro histórico en el circuito europeo.

La empresa era casi imposible, pero Jon Rahm hizo lo que debía en un campo que ayer domingo tenía los greenes muy receptivos y en el que se podía colocar la bola en las calles. “Quería llegar cuanto antes a quince bajo par” y arrancó con el acelerador a fondo y con cuatro birdies en los cuatro primeros hoyos hizo soñar a los numerosos aficionados que de nuevo siguieron sus evoluciones. Sabían que en cualquier momento podría surgir la magia y Rahm les dio lo que esperaban porque el hoyo 8 llevaba seis bajo par y ya había escalado hasta la tercera posición con -13 y a tres golpes del líder, que aún tenía que empezar su vuelta. “Con ese arranque podía darme opciones”, explicó.

Sin embargo, mantener ese nivel de juego era irreal “y me atasqué un poco entre el 12 y el 14”. Hacer bogey en el 13 tras fallar un putt corto y no robar golpes al 14, un par 5, acabaron con sus aspiraciones porque en el partido estelar también jugaban bajo y las distancias se hicieron insalvables. “Pretendía dar un susto a los líderes, pero no ha podido ser”, lamentó. No obstante, Jon Rahm no quería marcharse sin dejar una última perla. En el 18, un par 4, quería regalar un eagle al público. Mandó su primer golpe a casi 300 metros, dentro del green, y su putt desde seis metros y medio frenó a un dedo del hoyo para acabar con un birdie y un noveno puesto. En todo caso, la ovación fue enorme para el gran ídolo actual del golf español.

“Así el vuelo de regreso a casa será más fácil. Si me quedase con mal sabor por cada torneo que no gane sería una vida muy dura”, comentó el barrikoztarra, que confirmó que se tomará “diez días de vacaciones por lo menos” y de aquí al final de año solo jugará en noviembre la final de Dubai del DP World Tour, pese a que ya no tenga opciones de alcanzar a Rory McIlroy. “Ha sido un año largo. He hecho un calendario diferente y he acabado más cansado que otros años, pero eso no es excusa”, concluyó.