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Jon Uriarte: Un año con curvas

Hoy se cumple el primer aniversario del triunfo en las urnas del presidente del Athletic. El rock and roll en el césped y el aire fresco en la gestión aún se esperan
Jon Uriarte, la noche del 24 de junio de 2022, tras ganar con claridad en las elecciones a la presidencia del Athletic, que por primera vez se celebraron en San Mamés.
Jon Uriarte, la noche del 24 de junio de 2022, tras ganar con claridad en las elecciones a la presidencia del Athletic, que por primera vez se celebraron en San Mamés.

El 24 de junio de 2022, hace hoy justo un año, Jon Uriarte se convirtió en el trigésimo tercer presidente del Athletic. El empresario bilbaino, tras una campaña electoral atípica, con amagos de tirar la toalla incluidos, arrasó en las urnas. Su victoria ante Iñaki Arechabaleta y Ricardo Barkala no tuvo discusión. La candidatura Izan Athletic, a la que no le pesó que su elegido para ser director deportivo tuviera que dimitir horas después de ser presentado por sus comentarios machistas y homófobos en las redes sociales, venció con 13 puntos sobre el exdirectivo de Vocento, que traía a Marcelo Bielsa bajo el brazo. En total, la plancha de Uriarte recibió 10.979 votos, un 46,71% del total. Arechabaleta, por su parte, obtuvo 7.927, un 33,72%. En último lugar quedó el presidente de la Autoridad Portuaria de Bilbao, con un 18,13% de apoyos, con 4.262 papeletas. El sucesor de Aitor Elizegi en el sillón de Ibaigane se impuso en todas las mesas en una jornada en la que el 56,36% del censo electoral participó en la cita, esto es, algo más de 22.000 de los 40.000 socios. Fue la mejor manera de coger las riendas del club, con el aval de la masa social. Está por ver si 365 días después, los que le dieron su respaldo lo volverían hacer, porque el movimiento se demuestra andando.

Uriarte se presentó como un soplo de aire fresco ante los candidatos de siempre. Frente a una especie de poder establecido. Apostó por el rock and roll sobre el césped para devolver al primer equipo masculino a Europa –son ya seis cursos sin participar– y abogó por modernizar a una institución que este curso celebra su 125 aniversario. Doce meses después, sin hacer juicios de valor sobre su gestión y la de su Junta Directiva –eso queda para los opinadores profesionales, que con el paso del tiempo están unificando criterios sobre Uriarte–, la realidad es que en el campo, con Ernesto Valverde como director de orquesta –compartió con Barkala la apuesta para el banquillo–, la música ha desafinado más de lo deseable, y en los despachos la forma de actuar de Uriarte y su gente de confianza ha sorprendido por momentos. Ahí está todo lo ocurrido con el caso Iñigo Martínez, que sin entrar a valorar quién tiene razón, ha acabado como el rosario de la aurora, con el mejor jugador del Athletic rumbo al Barcelona, con un cruce de reproches entre el club y el representante del central y con las necesitadas arcas de Ibaigane sin recibir ni un solo euro.

Sin cumplir el objetivo deportivo

Generalmente, en el mundo del fútbol, si la pelotita entra en la portería rival, en los despachos se vive con más relajación. Y el equipo dirigido por Txingurri, que el pasado verano arrancó su tercera etapa al frente del Athletic, no ha cumplido las expectativas. Con luz y taquígrafos, Jon Uriarte, Ernesto Valverde e Iker Muniain ofrecieron una rueda de prensa antes de comenzar LaLiga en la que se marcaron como objetivo la clasificación para Europa. Sobre el verde no se logró tras un curso irregular. Es verdad que el equipo mostró por momentos una apuesta de juego atrevida, apretando al equipo rival, pero fue un espejismo. Octavo en el campeonato de la regularidad y eliminado a las puertas de la final de Copa por Osasuna, el Athletic dejó un sabor agridulce a la afición y sin ingresos extraordinarios.

Uriarte y Valverde, en la presentación del técnico.

Uriarte y Valverde, en la presentación del técnico. Pablo Viñas

Uriarte, que ascendió a Mikel González a director de fútbol en noviembre, renovó a Valverde en febrero. El técnico, que había firmado solo por un año, seguirá hasta junio de 2024. El de Viandar de la Vera, que en muchos momentos del curso ha ejercido como auténtico portavoz del club en los diferentes asuntos de actualidad ante el silencio de sus superiores, deberá engrasar una plantilla que ha perdido a un hombre clave como Iñigo Martínez y que es probable que solo cuente como refuerzo a Iñigo Ruiz de Galarreta, que llega gratis del Mallorca. Un viejo conocido en Bilbao, como Ander Herrera, el primer fichaje de campanillas que materializó la nueva Junta. Sin hueco en el PSG, el centrocampista regresó al Athletic en una operación que, vistos los resultados, no se puede calificar de positiva. Al margen de la alta ficha de Herrera, las seis lesiones musculares que ha padecido en el último año y que fuera el propio jugador el que reconociera que sufría problemas físicos desde bastante antes de recalar en Lezama no dejó en buen lugar a los gestores del club. Un asunto que provocó un comunicado inédito de los servicios médicos rojiblancos para repasar los días de alta y baja que había estado el bilbaino.

Déficit estructural

La candidatura Izan Athletic desembarcó en Ibaigane con el objetivo de recortar gastos y optimizar los recursos, buscando mayores ingresos. Pero la realidad del club es clara, sin ingresos extraordinarios vía clasificación europea o por la venta de jugadores, el margen es muy estrecho. Por no decir que son habas contadas. En la Reflexión Estratégica y el Plan de Acción 2023-2026, en el que han trabajado de manera conjunta la Junta Directiva y los responsables ejecutivos de la entidad durante los últimos seis meses, se detalla que el club “cuenta con muy buena salud financiera: una liquidez cercana a los 90 millones, un patrimonio de más de 100 millones y una provisión extraordinaria de 60 millones de euros”. Sin embargo, el Athletic arrastra una dinámica de pérdidas operativas continuadas de 15 millones por temporada, y si a este déficit le sumamos el efecto de las amortizaciones por compra de jugadores, la pérdida en el ejercicio 22-23 alcanza casi los 30 millones de euros.

Cuatro meses después de llegar al cargo, en su primera Asamblea de Socios Compromisarios, Uriarte recibió un respaldo del 79% a las cuentas del ejercicio pasado y del 75% a los presupuestos del presente curso contable. Un cónclave al que únicamente acudió el 59% de los citados. El ejercicio 2020-21 se cerró el pasado 30 de junio con números rojos. En concreto, los compromisarios dieron el visto bueno a unas cuentas que arrojaron un saldo negativo de 10,6 millones de euros fruto de la reformulación de las misma realizada por los nuevos gestores de la entidad. Así, se pasó de los 4,4 kilos en pérdidas que, a la segunda, le fueron aprobados en los presupuestos a Aitor Elizegi en noviembre del pasado año, a los 10,6 de las cuentas que fueron aprobadas en octubre. En lo que respecta a los presupuestos del presente ejercicio, en el que las pérdidas previstas son de 5,9 millones de euros a pesar de que se vuelve a hacer uso de 27,4 kilos de la provisión, en la que todavía quedarán 60 millones para contingencias futuras, el respaldo, sin contestación alguna, fue elevado.

Peculiar política de comunicación

Cuestionando la dudosa objetividad que uno mismo, siendo parte de la prensa y parte implicada en todo esto, puede tener a la hora de describir la política de comunicación que han seguido Jon Uriarte y su Junta Directiva en su primer año en el Athletic, hay un déficit de exposición pública del presidente evidente. Basta un ejemplo para cuestionar la estrategia que ha seguido el máximo responsable del club. Cuando ha habido algún fuego (en forma de polémica en los medios y en el entorno rojiblanco) la opción de Uriarte ha sido dejar que se apague solo, con el riesgo que conlleva la posibilidad de que las llamas arrasen más de lo esperado.

Esto es lo que ha ocurrido en el caso Iñigo Martínez. Uriarte heredó la patata caliente de renovar al central de Ondarroa. En sus primeras semanas en el club, el empresario bilbaino se topó con una oferta del Barcelona por el jugador. Nadie del club salió a la palestra para explicar la realidad. Fueron los medios, entre ellos DEIA, los que narraron el divorcio definitivo entre ambas partes. Todo desembocó en un cruce de reproches y acusaciones entre la directiva e Iñigo Martínez, con el colofón de la versión que el representante del próximo defensa azulgrana ofreció hace unos días a este periódico.

Algunos criticaban que Josu Urrutia compareciera en rueda de prensa cada mes y medio, cuestionando el café para todos al no conceder entrevistas ni recurrir a las filtraciones. Ahora son los mismos que le aplauden, al menos en esta faceta, al exjugador y expresidente del Athletic.

La cifra: 10.979

Son los votos que obtuvo Jon Uriarte en las elecciones a la presidencia del Athletic celebradas justo hace un año. El 46,71% de los cerca de 40.000 socios con derecho al voto le dio el apoyo a la candidatura Izan Athletic. El empresario vizcaino aventajó a Iñaki Arechabaleta en 3.052 sufragios y en 6.717 a Ricardo Barkala. La participación fue del 56,36% del censo electoral.

2023-06-25T07:32:03+02:00
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