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Polideportivo

Jordi Grimau: "La Copa tiene que ser un premio a la buena vuelta de los dos equipos"

Jugador del Sant Antoni Ibiza
Jordi Grimau.
Jordi Grimau.

¿Qué significa esta Copa para un club como el Sant Antoni de Ibiza?

—Es bonito. Es un club que tiene dos años de vida a nivel profesional y solo hace dos temporadas estábamos en la liga balear y ahora vamos a jugar una copa. Es más un título honorífico, porque deportivamente no aporta nada y eso es algo que se debería revisar, porque no tienen mucho sentido que se enfrenten los dos mejores equipos de la liga y que el ganador no tenga ninguna recompensa además del título. Los dos equipos tenemos que estar listos para ir y ganar o ir y perder. Ser conscientes de que es un premio y lo importante es la liga. Seguramente en ambas situaciones saldremos a celebrarlo y traeremos unas cien personas de Ibiza. Vendrán familiares y amigos y más allá de la victoria o la derrota, tiene que ser un premio a la buena primera vuelta de los dos equipos.

¿En que situación llega su equipo?

—Seguramente no estemos en nuestro mejor momento. El tema del covid nos afectó tanto en el tema de los positivos, lo pasamos casi todo el equipo, como con la reestructuración del calendario, que nos pilló en una racha de ocho victorias seguidas y líderes. Estamos ahora mucho peor de lo que estábamos, pero a la vez somos un equipo debutante en la categoría y seguimos segundos a una posición del líder. Eso es todo un éxito, pero cuando te ves durante muchas jornadas en la parte de arriba, también te llega a confundir un poco.

¿Cómo se encuentra en lo personal?

—Estoy en un momento bastante particular de mi carrera. Iba a dedicarme a la dirección deportiva y me puse a echar una mano jugando en EBA. Este año estoy en un línea parecida, sin demasiado ánimo de ser una pieza vital en el equipo. En empezamos en eso y por ahora las lesiones me están respetando. Estoy disfrutando en esta parte de mi carrera donde sé que se acerca el final y que todos los partidos son últimas oportunidades, últimos viajes, últimas finales... estoy con alegría y tristeza a la vez, sabiendo que el final está cerca.

Llegó a anunciar su retirada oficial y dos años más tarde todavía sigue en las canchas.

—Sí, aunque es un tema de solidaridad con el club y la dirección. El hecho de que esté yo nos ha ahorrado un sueldo, un piso y unas comidas. No hubiera jugado en ningún otro equipo que no hubiera sido el Sant Antoni. Es verdad que esto no es un proyecto mío, pero lo siento como tal y siento como si fuera un hijo mío.

Este equipo es uno más de su larga carrera, entre los que hay un equipo vasco como el Gipuzkoa Basket, ¿cómo recuerda esa etapa?

—Triste porque mi presencia ahí se saldó con dos descensos, que fueron los primeros y los únicos de mi carrera. Pero estuve muy a gusto. Me trataron muy bien, me instalé en la ciudad con mis dos niñas recién nacidas y luego tuve al otro niño. Guardamos recuerdos muy intensos de una etapa bonita e intensa de nuestra vida, aunque con la tristeza en lo deportivo de no ayudar al equipo. Estoy deseando que puedan volver a estar arriba y afiancen la masa social.

Pese a ello a nivel individual estuvo bastante bien.

—Fueron mis dos mejores años a nivel estadístico en la ACB, pero me queda la sensación de que mi mejor versión no ayudó a salvarse y eso no deja de ser un fracaso para todos los que estuvimos allí.

El apellido Grimau está muy unido a Euskadi, su hermano fue referente en Bilbao.

—Es un poco la misma línea. Mi hermano le guarda mucho cariño a Bilbao y cuando volvió con Manresa le hicieron un homenaje precioso. Los partidos que pude disfrutar estando en Miribilla, fueron una pasada. Jugué también las semifinales de LEB Oro el año que ascendieron con 15.000 personas. La verdad que me alegro por el club y por Álex Mumbrú, por lo que está consiguiendo y está afianzando al club.

2022-03-10T06:51:04+01:00
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