El periodista José María Carrascal, fallecido este viernes a los 92 años, ha sido un referente del periodismo español, que tras más de 30 años como corresponsal en Berlín y Nueva York regresó a su país para convertirse en uno de los presentadores más carismáticos de televisión, en donde introdujo el editorial en sus informativos.
Dentro de un mes habría cumplido 93 años y hasta sus últimos días ha trabajado como columnista del diario ABC, en el que publicó su primer artículo en 1958 y el último el pasado martes tras la jura de la Constitución de la princesa Leonor.
Nacido el 8 de diciembre de 1930 en la localidad madrileña de El Vellón, se trasladó con su familia a Barcelona en 1947, donde comenzó los estudios de Filosofía y Letras y de Náutica, aunque sólo acabo los segundos. La diplomatura de Periodismo la conseguiría años después (1969) en la Escuela Oficial.
Habiendo fijado su residencia en Berlín, en 1958 comenzó a ejercer como corresponsal en Alemania de los periódicos Pueblo y El diario de Barcelona, y allí permaneció hasta 1966. Desde este destino cubrió la construcción del Muro de Berlín y sus primeras crónicas las enviaba "por correo aéreo", según recordaba en una entrevista con EFE en 2015.
Enviado también por Pueblo, Carrascal se trasladó a Nueva York, donde trabajó durante 10 años para ese diario y continuó como corresponsal del diario ABC, de Radio Televisión Española y de la cadena de radio Antena 3.
En esos años, el periodista madrileño cubrió grandes acontecimientos como la guerra de Vietnam, la llegada del hombre a la Luna o la dimisión de Richard Nixon como presidente de los Estados Unidos.
Corbatas con personalidad
Después de dos décadas en Estados Unidos, en noviembre de 1989 regresó a España para empezar a trabajar en televisión con 60 años. El 25 de enero de 1990 presentó el primer informativo de una televisión privada (Antena 3) en medio de una gran expectación a nivel nacional por el nacimiento de la cadena.
"Fue una experiencia traumática porque no tenía ninguna experiencia en televisión (...) Lo más difícil fue adaptarse al medio porque ya no se trataba de escribir tu crónica, sino de hablar directamente", reconocía en su entrevista con EFE el también académico de televisión.
Pese a su inexperiencia televisiva, Carrascal era un profesional, "había visto mucha televisión norteamericana" y eso lo trasladó a su informativo "Noticias de la noche", un espacio desde el que marcó un modo muy particular de hacer un noticiero al incluir un editorial diario.
"España no estaba acostumbrada a ver editoriales, que eran mis comentarios, no más de 40 segundos, pero en esos 40 segundos cada segundo y cada coma estaban pensados y eso chocó. En eso, mi informativo rompió moldes", aseguraba Carrascal, al que se le recuerda también por sus inconfundibles corbatas, "corbatas con personalidad", como él mismo solía decir.
Se despidió de su audiencia en la madrugada del 15 de agosto de 1998. Según el periodista, el nuevo director de informativos de Antena 3, Ernesto Sáenz de Burugara, "no quería informativos de autor", por lo que dejó el espacio, a la vez que rechazó otros ofrecimientos del canal como colaborar desde Estados Unidos.
Desde entonces el periodista continuó publicando columnas de opinión en La Razón y ABC, aunque en la actualidad sólo escribía para este último.
Autor además de una veintena de libros, en enero de 1973 consiguió el Premio Nadal por su novela "Groovy", y en 1982 fue finalista de este mismo premio. También escribió otras obras políticas e históricas, como La agonía del felipismo (1995), Franco. 25 años después (1999), La era Aznar (2000) o La historia de España que no nos contaron (2015).
En junio de 1986 recibió el premio Mariano de Cavia de Periodismo, correspondiente a la edición de 1985, por su artículo titulado "Cambio, pero menos", aparecido en ABC el 4 de septiembre de 1985. Y en 2021 recibió el Premio Luca de Tena.
En diciembre de 2002 le fue concedida la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo.