El agricultor tudelano José María Martínez (25/5/1961) dice adiós este viernes a la presidencia de la Unión de Cooperativas Agroalimentarias de Navarra (UCAN). Esta organización, con 118 socios y 20.000 agricultores y ganaderos, celebrará su asamblea anual en Pamplona, en la que Martínez pronunciará su último discurso.
Tras 14 años como máximo representante de UCAN ha decidido que es el momento del relevo. Accedió al cargo en 2009 con 47 años, tras fallecer en un trágico accidente aéreo en Barajas José Joaquín Pérez de Obanos. Ahora, a punto de cumplir los 62, el próximo 25 de mayo, prefiere ceder el testigo. "He conocido a gente estupenda y he aportado cercanía", aclara a este periódico en una conversación mantenida por teléfono desde el tren, al regresar de Madrid a Tudela, tras mantener un último encuentro como presidente de UCAN con representantes de cooperativas de otras comunidades. "He contado en el consejo con un equipo gestor excepcional, a cuyos integrantes considero mis amigos", reitera.
Martínez sigue siendo un fiel defensor del modelo cooperativo: "Hace cien años se constituyó esta figura porque las grandes fortunas querían matar a agricultores y ganaderos a base de la usura. Un siglo después debemos seguir reivindicando el papel de unas cooperativas activas, novedosas, formales y sociales. El capital es importante pero más las personas".
También hace hincapié en otro mensaje: "Somos un sector imprescindible porque creamos alimentos". Pertenece a la Asociación de Labradores de Tudela, de la que fue presidente hasta finales de diciembre del año pasado. Su sucesor ha sido José Luis Blanco.
Casado con Mari Luz Latorre Romano, tiene una hija, Ruth, que le ha dado dos nietos: Juan, de cinco años, y Alejandro, de dos: "Espero que alguno de ellos o ambos quieran seguir en el campo", desea.
¿Cómo resume su trayectoria al frente de UCAN?
Para un agricultor de base como yo me llevo una experiencia tremenda. Era un candidato que no estaba previsto, ya que asumí el cargo en una votación muy ajustada con Roberto Flamarique, tras el fallecimiento de José Joaquín Pérez de Obanos, y la renuncia del vicepresidente Ángel Mari Rodríguez por motivos personales. Pedí permiso en casa, tanto a la familia como a mi hermano y mi primo con quienes trabajo -sonríe-, ya que te tienes que llevar bien con quienes te rodean.
¿Qué logros destaca de su mandato?
En primer lugar, la integración de las cooperativas, aunque a veces no se consigue más por la propia obstinación de los gerentes o de cooperativas concretas. Somos cada vez menos pero facturamos mucho más que la media en España y creo que ese es el camino que debemos continuar. Y en segundo lugar, a nivel personal la exconsejera de Desarrollo Rural Isabel Elizalde me echó un órdago al señalar que no había mujeres en este sector. Sin embargo, yo le contesté que en el sector como en mi casa siempre han sobresalido las abuelas y madres, pero que no tomaban cargo de representación. Estoy satisfecho que durante mi mandato las mujeres han comenzado a ocupar puestos de responsabilidad en UCAN, como en la gerencia, en el consejo y ojalá en la presidencia.
¿Va a ocupar la presidencia una mujer? Sería la primera vez en UCAN.
Espero. La mujer ha estado relegada, muy trabajadora pero poco visible. El hombre asumía el papel notorio, y eso ha sido un error. El 50% de la sociedad no puede estar ajena a la producción de alimentos, y socialmente la visión de la mujer es interesante y enriquecedora.
¿Alguna sugerencia a la nueva persona que va a presidir UCAN?
No me gustan los consejos, porque cada uno debe dar su impronta. Durante estos años he dialogado con consejerías de derechas y de izquierdas, Javier Esparza, Lourdes Goicoechea, Isabel Elizalde e Itziar Gómez, y con todos he mantenido una relación fluida, ya que nuestro cargo defiende intereses cooperativos no personales. Por eso, solo diría que la persona que presida UCAN debe llevarse bien con el consejero de turno.
¿Existe relevo generacional en las cooperativas?
Es una asignatura pendiente. Este viernes vamos a renovar diez de los 13 cargos del Consejo Rector, entre ellos la presidencia y vicepresidencia, y habrá jóvenes, aunque menos de los que a mí me gustaría. Debemos ilusionar y convencer a las nuevas generaciones de que este trabajo es tan digno como un puesto en Volkswagen Navarra o en una conservera, por ejemplo.
¿Cuál es la máxima preocupación ahora?
Hacer bajar la inflación como sea, pero no a costa de nuestros intereses. Debemos producir alimentos pero también subsistir. Creo que vamos a lograrlo, pero de la noche a la mañana no se nos puede echar la culpa a nosotros. Pero este reto debemos lograrlo si nos juntamos todos los agentes de la cadena alimentaria. Solo como ejemplo, con precios tan caros como el aceite nunca se había perdido tanto dinero porque nos han desbordado los costes de producción.
¿Preocupación por la sequía?
Sí. En la reunión de este miércoles, los presidentes de las Cooperativas Agroalimentarias de España han mostrado su inquietud por esta situación. Debe llover a cántaros pronto, y no aparece en la ecuación. El tiempo está cambiando y se están cronificando las sequías. Debemos regular nuestros ríos.
¿Qué quiere decir con regular los ríos?
Para evitar inundaciones como las que recientemente hemos sufrido. Con la regulación de los ríos, dejamos el caudal ecológico necesario, permitimos regar y obtener reservas. Aunque en este planteamiento nos vamos a topar con la oposición de los ecologistas. Sin embargo, en Francia ya se lo están planteando.
¿Hace falta una estrategia de agua?
Sí, que abarque toda la comunidad. Nuestras empresas agroalimentarias requieren de agua para su actividad al igual que el sector primario, pero también la ciudadanía para su consumo.
Es un fiel defensor del Canal de Navarra.
Tengo el compromiso de la presidenta del Gobierno foral, María Chivite, de que el agua llegará a la Ribera tanto para riego como de boca.
¿Mantendrá el teléfono abierto para UCAN?
Pueden contar conmigo para lo que quieran.