En los ojos de Joseba Ezkurdia, protegida la cabeza por la lana de la txapela, siempre tan gustosa al tacto, tintineaba la mirada de las grandes emociones, esas que brotan desde los más profundo. Después de una lucha épica de más de 400 pelotazos y mil avatares, el de Arbizu se coronó por tercera vez en el Cuatro y Medio. “Ganar a Jokin le da un valor extra al txapela. Jokin es el capo, el número uno. Para mí, ganarle es un placer y una gran señal. Siento mucha alegría y orgullo en estos momentos”, reconoció el delantero de Arbizu, feliz y dichoso. Un logro epidérmico para Ezkurdia, que venció sobre el abismo, cuando los corazones retumbaban como un redoble de intensidad con el 21-21 iguales.
La vida sobrevoló caprichosa en el vuelo de una pelota. El pelotazo de Altuna besó la chapa. Campanas de réquiem para el de Amezketa, música celestial para el delantero de Arbizu después de una final estupenda, un deleite para los sentidos. “Ha sido un partido de los que hacen afición y de los que enganchan”, asumió Ezkurdia, consciente de que una resolución como la de la final resulta azarosa.
“A veces va a un lado y otras para el otro. Miramos mucho al resultado. Somos resultadistas porque esto es élite, deporte profesional, pero ha sido una final de detalles. Lo más difícil es ganar, lo más fácil es perder”, describió Ezkurdia tras reconocer que la final fue muy exigente en el plano físico y en el mental. “Lo he dado todo. Justo, justo, pero he podido ganar. Con el 21-21 él tenía el saque, pero yo tenía confianza en el resto. Al final, los dos últimos tantos de la final han sido dos chapas. Una mía y otra de él”, apuntó el de Arbizu.
“ Mi mejor partido ha sido la final. Tenía que jugar a la perfección porque Jokin te exige muchísimo ”
Con todo, Ezkurdia tuvo que recomponerse a un 16-19 en contra ante un manista de la talla de Altuna. “Jokin siempre tiene peligro. Por eso le doy mucho valor a este txapela”, consideró. Fue entonces, en el peor escenario para él, cuando el delantero navarro, una roca mental, dio un paso al frente. “Si iba a perder, tenía que perder yo, arriesgando. He decidido dar un paso al frente. He sufrido y he atacado. He buscado la chapa. Con el 16-19 he jugado a todo o nada. He arriesgado y me ha salido bien”, expuso el de Arbizu, que reconoció que la de la final fue su mejor actuación durante un torneo en el que comenzó con derrota.
“EL MEJOR MOMENTO”
“He jugado mi mejor partido del campeonato”, subrayo el delantero navarro, consciente de que está viviendo “el mejor momento de mi carrera. Me ha costado llegar, pero estoy haciendo mi camino. Soy un privilegiado por ganar estas tres txapelas. Me ha costado entrar, por eso estoy orgulloso. Estoy muy contento. No es fácil llegar a las finales. Disfruto del momento de estar en la final y de las semanas previas”.
La final, un batalla disputada en apnea, fue apretada de punta a punta. No acababa de romperse. Eso generó una presión extra. Más si cabe ante Altuna, apenas necesita unas migas para sumar tantos “Tenía que jugar a la perfección y tenía que estar centrado y no salirme del partido. Me siento a gusto y cómodo en las finales. Me da moral el partido que he hecho. Nos hemos exigido muchísimo tanto en el plano físico como en el mental”, analizó el flamante campeón del Cuatro y Medio, que dijo recuperar bien entre tanto y tanto en un duelo sin cuartel. “Es un placer jugar finales y semifinales contra él. A veces gana él y otras yo. Sería una buena señal vernos de nuevo él y yo en cinco años”, remató el de Arbizu, nuevo campeón del Cuatro y Medio.
“Me voy con pena, ha sido un cara o cruz”
Apenado, triste, con el rostro duro de las derrotas y los surcos del sufrimiento de una final durísima, un viaje al centro del alma, Jokin Altuna trataba de digerir una derrota lacerante. El 22-21 es un regocijo para el público, gozoso, pero una bajada a los infiernos para el perdedor, que bien pudo vencer, pero su último remate se fue a la chapa. “Ha sido un cara o cruz y en ese último tanto no he acertado a meter la pelota en la mano. Solo me queda felicitar a Joseba. He tenido el partido pero no he podido ganar. Me voy orgulloso aunque triste y dolido. Los detalles han marcado la final. El deporte es así. A veces se gana y otra se pierde. No me gusta poner excusas, él ha se lo ha merecido”, expuso el de Amezketa, que tuvo un 16-19 a favor, pero no logró cerrar la final, que parecía en su mano. “En la segunda parte he dominado más, en la primera parte me ha costado más mandar. Esto va del que manda en la cancha”.
Finalmente gobernó Ezkurdia en un final de altas pulsaciones, que cayó nuevamente del lado del navarro, tres veces campeón frente a Altuna. “He oído que me ha cogido la medida por ganarme en las tres finales, pero no creo que sea así. Ha sido más hoy (por ayer) y ya está”. Altuna reconoció que su rival “está en uno de los mejores momentos de su carrera. Tiene mucha experiencia, pero siempre ha sido un gran rival, no solo ahora. No miro que me haya ganado en tres finales”. “Cuando pierdes así, 22-21, piensas si vas a tener otra oportunidad, pero con trabajo todo llega. Esta vez no me ha salido, pero estoy orgulloso con lo que he hecho”, cerró el delantero de Amezketa.