Cuando Joseba Ezkurdia (Arbizu, 1991) y Unai Laso (Bizkarreta-Gerendiain, 1997) se pasan las yemas de los dedos por el cuerpo descubren cicatrices como ríos secos que decoran su cuerpo.
Las del delantero de Sakana vienen derivadas de una carrera en la que despegó pronto, pero en la que le costó dar con la tecla del éxito. Por trabajo no fue, desde luego. Debutó en 2011 y hubo intangibles que le afectaron en los momentos de duda. La confianza se le escapaba en situaciones de alto voltaje. Tuvo contra las cuerdas a pelotaris de la talla de Aimar Olaizola, Juan Martínez de Irujo o Mikel Urrutikoetxea en las competiciones individuales. Por una cosa u otra, se le venía encima el encuentro. La txapela del Parejas de 2018, jugada a contrapelo con Zabaleta, tras un primera vuelta para olvidar, le dio la confianza que necesitaba.
"Intento sacar algo positivo de todos los instantes malos que he pasado o de los golpes o partidos importantes que he perdido. Hay pelotaris que lo olvidan enseguida, pero yo soy de los que están bastante jodidos cuando pierdo", reflexionaba. Abrió la espita. Posee dos txapelas del Cuatro y Medio (2018 y 2019) y otras dos del Parejas (2018 con José Javier y 2020 con Martija). Una década después del debut, tras pulir su cuerpo como un diamante, tiene a tiro de piedra la Triple Corona. Sería el noveno de la historia. Palabras mayores.
Laso, por su parte, no se esconde. "Lo pasé muy mal cuando estuve fuera de profesionales", dice. En medio de la pandemia del covid-19 y tras haber sido el mejor delantero de Baiko en 2019 –tercero en el Cuatro y Medio de 2019 y semifinalista del Parejas de 2020–, los rectores de la empresa decidieron hacerle una oferta similar a la de un debutante siendo estelarista. El errotarra no aceptó. El conflicto explotó con una huelga que reivindicó su regreso –también el de Mariezkurrena II, Eskiroz y Víctor–, entre otras cuestiones.
Volvió ocho meses después, el 25 de junio de 2021, como una centella. Llegó a la final del Cuatro y Medio de San Fermín para empezar. Cayó ante Altuna III 22-20. Eso sí, su empresa incomprensiblemente no le incluyó como titular en el Masters CaixaBank, que revolucionó como suplente. En temporada regular ha copado todas las finales. No tiene ninguna txapela aún. El campeón de Amezketa le superó en la jaula y el Parejas, con Martija, por dos 22-20, con remontada incluida. Su tercera final cincela una sonrisa perenne.
Las cicatrices son sexis. El Navarra Arena pone a prueba este domingo a dos pelotaris redivivos que encaran su primera cita por el cetro del Manomanista, a partir de las 17.00 horas. Dos debutantes en la cita cumbre del curso se asoman al colorado. Saldrá el campeón número 77 de la historia.
LA TRAYECTORIA DE EZKURDIA
El Manomanista de Joseba Ezkurdia no ha sido fácil, pese a lo que puedan indicar los números. Es cierto que dos suspensiones en la liguilla de cuartos de final –novedad de esta campaña que ha salido rana por la cantidad de lesiones al eliminarse un 25% de los encuentros de la fase– favorecieron físicamente al de Arbizu, pero no sus sensaciones.
Empezó con dudas ante Asier Agirre, al que dejó en siete. Ante José Javier Zabaleta ganó sin hacer un buen partido. El 21-22 final parece que otorga más crédito a la contienda, que no fue brillante. Y llegaron las dos semanas fuera de competición. En la semifinal, eliminó la incertidumbre con una exhibición ante Erik Jaka. El de Arbizu, pelotari de fuerza pero al que le cuesta alargar el pelotazo, dio toda una lección de encuentro con la pelota y altura. Gozó como nunca. Su derecha fue un martillo. Maniató al campeón de 2020 por un contundente 22-2. "Estoy con más chispa que nunca", recita el de Arbizu.
LA TRAYECTORIA DE LASO
Unai Laso lleva un Manomanista impoluto salvo por un detalle: tuvo que suspender un partido por una "lesión musculotendinosa de grado 1" en su brazo derecho. Accedió a cuartos tras apear a Peña II (22-13). Una vez clasificado para las semifinal tras ganar sus dos encuentros de la liguilla ante Iñaki Artola (10-22) y Erik Jaka (5-22), su mejor partido, unas molestias en el brazo derecho le obligaron a parar una semana. No jugó ante Rezusta y reapareció en la antesala de la final ante Jokin Altuna.
Después del dominio del amezketarra en sus enfrentamientos (trece victorias en 17 partidos), el navarro fue capaz de dar la vuelta a un 17-13 para acabar embolsándose el pase al Navarra Arena (17-22). No fue un partido deslumbrante. Altuna III, que arrastró molestias en la zurda durante todo el torneo, fue operado el jueves para extirparle un nódulo situado bajo el segundo dedo de la mano.
LA CÁTEDRA
"Es una final con pronóstico muy complicado", recitan los campeones del Manomanista. La realidad es que desde las traviesas de contracancha no hay favorito claro. Los momios de salida se cantarán a la par. "Desde Nafarroa se está dando mayor favoritismo a Unai Laso, mientras que desde Bizkaia y Gipuzkoa los apostadores se están decantando más por Joseba Ezkurdia, que viene de una gran semifinal", describen los artekaris.
EL MATERIAL
"Pienso que son pelotas buenas, estoy contento. He cogido las que tenían menos salida de frontis y en el suelo son rápidas. Las de Unai tienen más vuelo", recitó Joseba Ezkurdia en la elección de material de la final en el Navarra Arena. El de Aspe se decantó por pelotas de 105,8 y 105 gramos.
Laso, por su parte, admitió haber escogido cueros "más vivos para tener a Joseba lo más atrás posible". Los de su rival son "más bajos, para que tenga tiempo para ponerse mejor". El de Baiko optó por un lote de 104,9 y 105 gramos.
EL NAVARRA ARENA, UN FRONTÓN QUE HA INFLUIDO EN LA COMPETICIÓN
El Navarra Arena alberga este domingo la primera final del Manomanista de la historia en territorio navarro. Casualmente, ambos contendientes son de la tierra, así que las entradas volaron desde el primer día que se pusieron a la venta. Tras las dos finales del Cuatro y Medio (entre Ezkurdia y Altuna III en 2018 y 2019) en las que no se vendió todo el papel, ni siquiera en su estreno, se llenará. A la tercera...
Cabe destacar que el escenario ha mediatizado el Manomanista desde el principio. En una edición tremendamente dura, con una liguilla de cuartos que afecta al estado físico de los pelotaris, protagonistas del asunto, no se pudo siquiera contemplar la posibilidad de un aplazamiento de la final. Y es que las empresas, atadas de manos, no podían alargar el campeonato al estar la cancha ocupada la próxima semana.
Además, Ezkurdia y Laso no tuvieron la oportunidad de entrenar la primera semana de preparación del choque, pues se habilitó el frontón para los calentamientos de la Copa del Mundo de gimnasia rítmica.
CINCO AÑOS DE SEQUÍA EN BAIKO
La última txapela oficial en Primera de Baiko Pilota fue el 28 de mayo de 2017. Oinatz Bengoetxea alimentó el palmarés de la firma ante Iker Irribarria. Ganó el Manomanista por 22-18. Desde entonces, la nada. Ayer se cumplieron cinco años de sequía. Aspe, por contra, ha sumado catorce entorchados consecutivos.
Desde el título de Bengoetxea VI, Altuna III ha ganado tres veces el Cuatro y Medio (2017, 2020 y 2021), dos veces el Manomanista (2018 y 2021) y el Parejas (2022), Ezkurdia ha triunfado otras dos veces en la jaula (2018 y 2019) y en dos Parejas (2018 y 2020), Elezkano II tiene dos txapelas de duetos (2019 y 2021), Irribarria se llevó el Manomanista de 2019 y Jaka –entonces en Aspe– el de 2020; entre los zagueros, Zabaleta (Parejas de 2018 y 2021), Rezusta (2019) y Martija (2020 y 2022) dominan.