El historiador admite que la razón que le ha llevado a escribir el libro, subvencionado por Gogora y editado por Intxorta 1937 Kultur Elkartea, fue descubrir en el Archivo Histórico Nacional de Francia el diario de a bordo del Winnipeg.
¿El del 'Winnipeg' fue uno de los mayores éxodos de refugiados consecuencia de la Guerra Civil?
—Uno de los mayores sí, pero los hubo similares. Meses antes hubo expediciones parecidas del exilio interoceánico vinculado a la Guerra Civil española, fundamentalmente hacia México. Otro barco mítico fue el Sinaia que salió cerca de Montpellier también con en torno a 2.000 personas. Cuando llegó a Veracruz el 13 de junio de 1939, salió el Ipanema de Burdeos, y otro desde Pauillac. Marcan el precedente y el contexto en el que se fletó la gran expedición del Winnipeg.
Existían dudas respecto a la cifra real de pasajeros de este buque.
—La cifra oficial que se dio entonces eran 2.000 pero tras la reconstrucción de su listado podemos decir que fueron 2.500 y pico. Así como los barcos anteriores fueron a México, que era un país que les acogía prácticamente sin oposición interior, en el caso de Chile elementos de la derecha y profranquistas montaron una gran campaña contra la llegada de refugiados. Entonces, los menos interesados en decir la cifra real fueron los que promovieron la expedición porque sabían que había una oposición fuerte en el Parlamento.
En el libro se reproduce el diario de a bordo del viaje. ¿Qué refleja?
—El mismo se redactó e imprimió en el propio barco. Era una costumbre en los buques del exilio sacar una especie de periódico para que la gente estuviera mínimamente informada. Hacerlo en alta mar tenía sus dificultades porque además de tratar sobre la vida en el barco durante el mes que duraban estas travesías se daba información general. También las cuestiones técnicas: en el Winnipeg, la misma máquina de escribir que servía para redactarlo hacía de linotipia e imprenta. Se usaba un papel fino e intercalando papel de carbón se hacían cinco o seis copias, que era la tirada.
¿Y en cuanto al contenido de esta publicación?
—Dejando al margen su orientación marcadamente política y muy escorada a los sectores socialistas de izquierdas presentes en esta expedición, era muy interesante para comprobar cómo en las peores condiciones se puede generar un producto periodístico. En los 30 días que dura la travesía se editó en 26 ocasiones, prácticamente con carácter diario, este modesto pero súper interesante órgano de expresión cuyo título era el que yo he dado al libro: 2.000 del Winnipeg: diario de a bordo.
En este viaje jugó un papel crucial el escritor chileno Pablo Neruda.
—Ya entonces era conocido como poeta pero su profesión era la de diplomático. Entre finales de 1937 y 1938 participó en la campaña que llevará al Gobierno a Pedro Aguirre Cerda como dirigente del Frente Popular Chileno y se vinculó al trabajo solidario hacia la República española, que ya estaba perdiendo la guerra de forma clara. Fue enviado a Francia como cónsul especial para intentar dinamizar expediciones de refugiados españoles que estaban allí en una situación penosa, en campos de concentración.
Con el actual éxodo de millones de refugiados de Ucrania, ¿hay alguna lección que aprender?
—Hay una ligazón muy directa con la problemática en Europa vinculada a refugiados y emigrantes. Son miles de personas que están intentando llegar a continentes en teoría democráticos y libres, y se encuentran con problemas a la hora de hacer el trayecto y ser acogidos. En la Europa democrática de nuestros días tenemos campos que podríamos denominar de concentración en las islas griegas para todas aquellas personas refugiadas de conflictos en Siria, Kurdistán, Palestina...
Una situación muy diferente a la solidaridad del 'Winnipeg'.
—Su único delito es haber cruzado unas fronteras sin tener unos papeles que no se les facilita. Los indeseables que decía la administración francesa en los años 38 y 39 hoy sufren en Europa estas políticas de reclusión o de repatriación. No hay Winnipegs que vayan a rescatar a emigrantes en el Mediterráneo o a refugiados en Siria. Ahora con Ucrania se está dando una actitud diferente pero no ha sido lo dominante en los últimos años.
"Los menos interesados en decir la cifra real de pasajeros fueron los que promovieron la expedición porque había una oposición fuerte en Chile?