Josu Ortuondo fue director General de Euskal Irrati Telebista y alcalde de Bilbao entre 1991 y 1999. Está considerado uno de los grandes promotores de la transformación y modernización de la capital vizcaína. De entre todos sus logros destaca que su recompensa es "pasear por este Bilbao en el que puse mi granito de arena".
Con él ha conversado Javier Vizcaíno en la nueva entrega del espacio de Onda Vasca Líderes de Nuestra Cultura, en el que ha recordado su trayectoria vital y profesional.
Primeros años
"No recuerdo el Bilbao de los 50 tan gris como lo fue después, en los años 70 y 80. Me trasladé de Deusto a Bilbao La Vieja y luego regresé a Deusto, donde estuve en la casa de mi aitite en la Plaza de San Pedro. Mi adolescencia la pasé yendo al colegio de los Escolapios en Bilbao, y fue como la de cualquier adolescente de la época. Estudiar no estudiaba demasiado, pero porque no tenía mucha necesidad, sacaba buenas notas", ha reflexionado.
Aunque en un primer momento quiso ser ingeniero, y empezó a estudiar la carrera, luego se metió en Economía. "Me cambié porque me atraía mucho más el tema de la gestión y de la dirección de empresas o actividades".
Los Integrales, Los Grecos... Ortuondo también pasó por algunas bandas de rock en las que tocaba la batería. "Estábamos ahí, en la movida vizcaína de esos años, con 17-18 años", ha destacado,
"Coincidieron unos años en los que los Beatles cambiaron muchas cosas, no sólo aquí, sino en todo occidente, y hubo un movimiento social de la juventud que derivó en una transformación. Rompíamos con lo que hasta entonces eran los usos y costumbres, y disfruté mucho de esos tiempos", ha agregado.
Inicios en la política
Sobre su introducción en el mundo de la política, ha comentado que "en casa, de pequeño, se hablaban muy pocas cosas, todo estaba prohibido entonces. Mi amama me comentaba todo los pormenores y detalles de lo que fue la Guerra Civil, el bombardeo de Gernika, Durango, el cinturón de hierro... Era consciente de que estábamos en una dictadura, de que estabas sometido a esto, a lo otro, un corsé, que en euskera no se podía hablar...".
Ha reconocido que en su juventud no se planteaba dedicarse a la política, pero tras la muerte de Franco empezaron a ponerse en marcha los diferentes movimientos "y ya mi difunto aita me comentó que en la época de Franco, en la clandestinidad, él pasaba las revistas del Partido Nacionalista Vasco a otros amigos... El nunca nos hizo demasiado hincapié en eso mientras éramos muy niños o jóvenes, pero posteriormente nos contó sus batallitas. Coincidió con que en Deusto empezó a surgir la formación de la Junta Municipal del Partido Nacionalista Vasco en 1976. Empecé ir a las reuniones clandestinas, y me afilié al PNV para apoyar en lo que se pudiera. Entonces trabajaba y no tenía ningún interés en un cargo público, pero en un momento dado recuerdo que Xabier Arzalluz me dijo que dejara la vida privada y me pusiera en la pública: 'Euskadi necesita de la gente y de las personas que salgan a la palestra, se pongan en el escaparate', me señaló. Y me pinchó", ha expresado.
EITB
De ahí pasó a dirigir EITB. "Era una cuestión de gestión, y eso sí me motivaba". Empezó su trayectoria en un cargo público, y en una EITB a la que dio una vuelta "de abajo a arriba". "Fue la primera vez que alcanzamos el millón de espectadores", ha destacado. "Modificamos todo el proyecto original".
Alcalde de Bilbao
Antes de que se le propusiera este cargo por parte del PNV, sondearon a Ortuondo para ser consejero de Interior. "Le dije al difunto Javier Atutxa que no me veía como hombre de la porra, con perdón, sino de gestión. Y entonces me propuso para ser alcalde de Bilbao. Le comenté que si no tenían más marrones para ofrecerme, pero a renglón seguido añadí que era un cargo de gestión, y acepté", ha rememorado con humor.
"Recuerdo que me dijeron que el Ayuntamiento estaba en quiebra, con 28.000 millones de deuda, y como 2.000 millones más en los cajones sin contabilizar y para ver cuándo se podían pagar".
Por ello se puso en marcha una reorganización interna del Consistorio y un plan estratégico para el Bilbao Metropolitano. Se trabajó en la digitalización del consistorio, hasta ser el primero en contar con una página web y en ofrecer gestiones a los ciudadanos a través de ella.
Un Bilbao en el que hay un icono como es el Museo Guggenheim, cuya génesis tuvo lugar durante su mandato. Pero no fue fácil sacarlo adelante.
"Fui a comer a Ajuria Enea con Ardanza, y le dije al Lehendakari que nos habían dicho que sí al proyecto, con unas condiciones serias, pero que merecía la pena. Me preguntó si no era mucho dinero, y le contesté que ojalá en todos sus quehaceres pudiera tratar como nosotros con un socio que era de la primera potencia del mundo, que en su cometido es el más prestigiado a nivel mundial, y cuyos dueños de la fundación son los que mandaban en Wall Street. O ganas o ganas, recuerdo que añadí. Pero insistió en que era mucho dinero, salí desesperado de esa reunión. Llamé a Javier Atutxa y me dijo que sabía cómo lo iba a solucionar. Contactó con Jon Azua y me reunió con él en su despacho, me pidió que fuera él quien llevara la reunión. Azua me aseguró que a él no le tenía que convencer. Que el Lehendakari me había dicho que no porque no sabía si iba a tener dinero en los presupuestos para ello, pero que él se encargaba de conseguirlo. Y aquello fue adelante", ha enfatizado.
Valoración
"No me siento reconocido, pero nunca me ha importado ponerme las medallitas o salir en la foto, sino que las cosas se hicieran. Disfruto ir paseando por Bilbao, porque sé que con mi equipo he puesto un granito de arena en la transformación de Bilbao, y esa es la mejor recompensa que se puede obtener", ha concluido.