Juan Carlos I salió a navegar en Sansenxo con el mar tranquilo, tanto que la competición se tuvo que suspender por falta de viento. Pero donde sí hay tormenta es en la política española, donde el regreso del monarca emérito ha levantado una tempestad que durará días y azota el reinado de Felipe VI.
A este escándalo no es ajeno el Gobierno español, en el que sus dos socios vuelven a pelearse por el posicionamiento sobre la jefatura de Estado. Así, los morados acusaron ayer a los socialistas de cometer "un grave error" con su apoyo a la monarquía.
La portavoz de Podemos, Isa Serra, aseguró en un acto en Valencia que "el PSOE comete un grave error posicionándose en la defensa de la monarquía" en un momento en el que "la ultraderecha orquesta una ofensiva monárquica".
"Hasta en siete ocasiones el PSOE, que ha funcionado en este país como un pilar para la monarquía, ha impedido abrir una comisión de investigación en el Congreso sobre la corrupción de esta institución", recordó Serra.
Más allá, la dirigente morada calificó la visita de Juan Carlos I al Estado de este fin de semana como "una humillación y una ostentación de la impunidad", y manifestó que "para que el emérito vuelva tiene que haberse ido", lo que ha implicado "una fuga y que no ha sido juzgado" para lo que "ha tenido enormes colaboradores y cómplices".
En las filas socialistas, la vicesecretaria general, Adriana Lastra, consideró que aunque el rey emérito "debe dar explicaciones sobre todo lo sucedido" hay motivos para estar "muy orgullosos del actual jefe del Estado, de la transparencia, ejemplaridad y rendición de cuentas del rey Felipe VI".
"Apoyamos la institución", señaló la número dos del PSOE en una rueda de prensa celebrada en Oviedo. En cuanto a la posibilidad de que las visitas al Estado del rey emérito vayan a normalizarse a partir de ahora, Lastra se limitó a señalar que es una cuestión que "no le compete al Gobierno de España" y que es un asunto que depende en exclusiva de la Casa Real.
"Ni el Gobierno ni el PSOE van a decir más de lo que han dicho", añadió al ser preguntada sobre el encuentro previsto para mañana entre Juan Carlos I y Felipe VI.
Por su parte, el ministro de Consumo y coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, afirmó en relación al viaje del rey emérito que "estamos hablando de un delincuente acreditado, acreditado además por él mismo" y que "toda España sabe que esa persona es un ladrón".
"El ciudadano Juan Carlos de Borbón admitió con sus procesos y rectificaciones ante Hacienda que había delinquido", dijo Garzón en un acto en Asturias. El ministro añadió que "toda España sabe que el anterior jefe del Estado, todavía rey porque se hizo así institucionalmente para protegerle y blindarle, toda España sabe que esa persona es un ladrón y esto es importante que se tenga presente".
Otra de las voces en la izquierda fue la de Iñigo Errejón, que confesó sentir "una cierta sorpresa" con los monárquicos españoles ante el retorno del emérito y se dirigió directamente al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, al que no ha oído expresar "la menor crítica sobre lo que está pasando".
"Yo no soy monárquico, yo prefiero a los jefes de estado votarles, pero si fuera monárquico, yo querría tener una monarquía que no diera vergüenza, y me sorprende que el señor Feijóo todavía no haya dicho nada, que ni siquiera le haya pedido al señor emérito, hombre, que se comporte un poco y que guarde un poco de decoro", añadió.
navegó sin competir Ajeno a todas estas disputas políticas, Juan Carlos I salía ayer a navegar en el Bribón. Poco antes de las 11,00 horas, el exmonarca llegaba a las inmediaciones del Club Náutico de Sanxenxo, accediendo directamente y en coche al pantalán en el que permanecían atracadas las embarcaciones. Aunque finalmente no pudo competir por la meteorología inadecuada, sí se le vio navegar en la embarcación durante la mañana.
Un día más vecinos y turistas, así como algunos tripulantes de otros equipos, se apostaron a lo largo del puerto para seguir al emérito. Si bien la mañana fue más tranquila que las anteriores, algún vecino coreó Viva el rey mientras éste embarcaba en el Bribón.
El foco estuvo también en las críticas a Juan Carlos I, ejemplificadas en una concentración convocada por el BNG contra la presencia del emérito en la localidad pontevedresa.
Esta protesta, según explicó a los medios el diputado del Bloque en el Congreso, Néstor Rego, trata de mostrar la oposición de los nacionalistas no solo a la presencia del exjefe de Estado, sino también a la monarquía del "régimen del 78" y la "corrupción institucionalizada" en la Casa Real.
En la protesta, los participantes portaron banderas republicana y gallegas, así como pancartas con los lemas Galiza non ten rei y Galiza contra a monarquía española.
Algunos viandantes se pararon junto a la protesta para contrarrestarla con insultos y cánticos a favor del emérito. Incluso, algunos de los coches se paraban a tocar la bocina en señal de desaprobación.