EL dato lo lanzó a los cuatro vientos quien fuera alcalde de Bilbao, Ibon Areso, a la hora de presentar "a quien no necesita presentación", al pregonero de la Semana Santa de Bilbao de 2020, el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, cuyo honor cayó presa de la pandemia y se retrasó hasta ayer, cuando el buen hombre subió al altar de la catedral de Santiago para leer su pregón cercano, sentido y sentimental. El dato, les decía, es que la celebración de la Semana Santa es "la tradición más antigua de las calles de Bilbao". Lo recordó casi al tiempo que felicitaba a la procesión del Nazareno, tanto o más conocida en la villa como la procesión de Las Cortes, que cumple este año 75 de vida. Momentos antes había tomado la palabra el obispo de Bilbao, Joseba Segura, quien evocó este tiempo de contradicciones, entre las lágrimas por la muerte y la felicidad que brota de la resurrección.
No era una noticia nueva para los presentes la que había dado el bueno de Ibon. No por nada, el pregón de Juan Mari estaba espolvoreado de datos –"la celebración de la Semana Santa bilbaina es una tradición que hunde sus raíces en la historia de nuestra villa y requiere que nos traslademos hasta el siglo XVI, en concreto hasta el año 1554, cuando se fundó la Cofradía de la Vera Cruz"– y curiosidades, como esa que relato y que dice algo así como "(...) destacaría el paso del Ecce Homo, propiedad de la Cofradía de la Pasión. Destaca su cuidada composición, su expresividad y el tratamiento de la anatomía. Es obra del artista bilbaino Ricardo Iñurria y es de 1944. Como curiosidad, se puede destacar que, el artista, tomó como modelos a personajes de la villa. Un soldado granadino que se dedicaba al estraperlo fue modelo para el Cristo, el boxeador Madriles inspiró el soldado romano, un cargador del muelle fue reflejado en el verdugo y Poncio Pilato fue tallado en base a un mecánico de coches (...)".
Para entonces, por la tarde sietecalleras ya corrían otras historias. Una voz anónima me chistaba "Oiga, diga usted, que ya a finales del siglo XI es probable que existiera una ermita dedicada a Santiago Apóstol, en el emplazamiento actual de la catedral homónima o en sus alrededores. Era un punto de referencia para los peregrinos medievales. No está claro para la arqueología de la Historia. Y no olvide que esta es la única catedral consagrada a Santiago, además de la de Compostela, por supuesto". Quise preguntarle al deán de la catedral, Luis Alberto Loyo, pero ayer mantuvo un papel reservado y opté por no importunarle.
A la cita no faltaron el anterior pregonero (recuerden, en 2019...), Miguel Zugaza, también sentado con discreción en una nave lateral; Víctor Pérez de Gezuraga, Javier Diago, hombre de fe, políglota, amante de la cerveza y descendiente intelectual de Denis Diderot y los enciclopedistas del siglo XVIII; Javier Goitia, Luis Olaortua, Amparo Pérez-Yarza, Ana María Yécara, María José Lanzagorta, Alberto López Echevarrieta, memoria viva del Bilbao antiguo; José María Amantes, Marino Montero, Luis Eguiluz, María Luisa Hernández, vecina del Casco Viejo, quien recordaba que el primer pregonero fue el archivero Manuel Basas; Aitor Bilbao y gente municipal como Oihane Agirregoitia, Itxaso Erroteta, Juan Ibarretxe, Gonzalo Olabarria, Amaia Arregi, Itziar Urtasun, Iñigo Zubizarreta, Gabriel Rodrigo y Carlos David entre otros; Koldo Aznar, Koldo Otaola, Javier Ariztinuño, Antonio Martín, Juan Pichardo, María Teresa Díaz, Carlos Marqués, Javier Sampedro, José Antonio Eguía, Ana Eguía y un buen número de gente que aplaudió el arranque del pregón, cuando el alcalde dijo aquello de "como alcalde de Bilbao, leeré este pregón desde el máximo respeto a todas las creencias y a las increencias existentes en la villa, y también con el orgullo personal que representa este honor para mí por mis propias creencias religiosas".
El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, leyó el pregón de Semana Santa 2022 en la catedral de Santiago, evocando sus raíces
La cita puede considerarse el comienzo de los actos de estas fechas marcadas en el calendario por la religión cristiana