Asus 81 años, Juani Esteban nunca falta a su cita anual con la Fiesta de la Banderita de Cruz Roja. Desde la experiencia que le dan los años agitando la hucha al paso de los viandante, “muchos”, dice, incapaz de hacer cuentas, admite que, aunque la sociedad vizcaina es solidaria como pocas “en los últimos años ha bajado un poco; he llegado a recaudar hasta tres huchas en una mañana”.
Juani fue una de los 350 voluntarios que han salido a la calle, hucha y pegatinas en mano, para llamar a la solidaridad de los vizcainos. A ellos agradeció su labor el presidente de la organización, Víctor Gutiérrez, quien hizo hincapié en la situación de necesidad que impera este año entre los colectivos más afectados por la crisis. “Hay que darles una respuesta”, exhortó Gutiérrez, que no dudaba en la respuesta, siempre positiva, de la sociedad vizcaina en esos momentos de dificultad, para superar los 21.195,27 euros recaudados en la jornada del año pasado. “Nosotros somos casi meros intermediarios para recaudar el dinero y repartirlo entre los que más lo necesitan”.
Absolutamente convencida de la necesidad de una jornada como esta, Juani animaba a los vizcainos a poner su pequeño granito de arena para ayudar a las personas que peor lo están pasando. “Todo el bien que se pueda hacer por otras personas es mejor para todos”, afirmaba. Ella predica con el ejemplo; además de colaborar de forma habitual con Cruz Roja, también lo hace con la Asociación Contra el Cáncer, y en el pasado aportó su ayuda al Banco de Alimentos, los comedores de Irala y en labores de acompañamiento a personas mayores. “Recibes mucho más de lo que das; es una satisfacción enorme”, aseguraba mientras, paraguas en manos, continuaba recordando a los viandantes que, con un poquito que demos cada uno, el mundo puede ser un lugar mejor. “Hay que mirar un poco por los demás; todo lo que podamos hacer por ayudar es bueno”, incidía, dirigiéndose sobre todo a la juventud. “Se implican poco; se apuntan pero luego les cuesta. Convendría que irían a estos sitios para que vieran las necesidades que tienen algunas personas y así, si empiezan desde pequeños, lo harán también cuando sean mayores”, les animaba.
Tampoco faltó a su cita el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, quien se acercó al stand de Cruz Roja instalado junto al ayuntamiento para hacer un donativo. “Este día se puede resumir en una palabra: solidaridad con la gente que peor lo pasa. Queremos poner en valor la gran labor que hacer la Cruz Roja, con la que colaboramos habitualmente en el ámbito de la acción social, de las migraciones, en aquellos en los que la atención a las personas se convierte en lo principal. Hablar de la atención a las personas requiere hablar de Cruz Roja”, reconoció el primer edil.