Judimendi da la bienvenida a sus nuevos vecinos con una jornada festiva de vecindad el 4 de noviembre. Organizada por la red de solidaridad Batuta, Ongi etorri auzora eguna es una iniciativa que el colectivo estrena este curso con la intención de hacer barrio. “Un día para que la gente se conozca en un ambiente más informal, alrededor de una mesa y en distintas actividades culturales, una jornada para que quienes se han mudado recientemente a Judimendi tengan la oportunidad de conocer el barrio y a sus vecinos”, indica Xabi Valdor. Para que la fiesta sea un éxito, implicarán al mayor número posible de entidades y a los tres centros escolares: Judimendi, Ángel Ganivet y Escolapios.
La idea de esta jornada abierta a todo el barrio surge en la asamblea del 29 de septiembre, la primera del curso en la que Batuta sienta las bases sobre los proyectos a abordar los próximos meses para mejorar la vida en el barrio. “Nos reunimos en asamblea vecinal y compartimos los retos y las dinámicas del curso venidero para seguir tejiendo y construyendo nuestra comunidad y solidaridad”, explica la red Batuta.
Judimendi es un barrio céntrico, con el 85% de sus edificios construidos hace más de cincuenta años, que apenas ha sufrido cambios, ningún tipo de evolución en las últimas cuatro o cinco décadas, según detalla el estudio socio-urbanístico del Ayuntamiento. “Si le tienes que decir a alguien cómo ha cambiado Judimendi, lo único que le puedes decir es que no ha cambiado nada, que está igual que hace cincuenta años”, apunta una de las reflexiones hechas por el vecindario.
Así las cosas, si el pasado curso, la principal problemática a tratar por la red de solidaridad Batuta fue la de la vivienda, éste va a ser la carestía de la vida. “Abordaremos las consecuencias de la disparatada subida de los precios y de ese empobrecimiento general, que ya venía de antes, pero que se está acelerando de forma brutal hasta el punto de que ya se nota en el barrio, sobre todo por el alto coste de la energía”, apunta Xabier Valdor.
Judimendi es a día de hoy un barrio envejecido, vulnerable económica y urbanísticamente y pequeño por superficie y población, ya que ha ido perdiendo habitantes hasta bajar de los seis mil cuando llegó a sobrepasar los siete mil censados. Con una tasa de población extranjera superior a la media de la ciudad, tiene mucha vivienda vacía, poca oferta de pisos en el mercado y alquileres por las nubes, además de muchas viviendas con mala accesibilidad y difíciles de calentar, necesitadas de una urgente rehabilitación.
“La gente ya está empezando a ver las consecuencias reales de esta subida de precios en sus facturas, hasta ahora se hablaba y hablaba de lo que iba a venir, pero los recibos ya están aquí y hay comunidades de vecinos que ya se plantean si encender o no la caldera comunitaria”, cuenta este miembro de Batuta.
Encender o no la calefacción
La red de solidaridad de Judimendi también ha decidido mantener las tertulias sobre asuntos de actualidad como espacio informativo para los vecinos, un punto de encuentro en el que puedan hablar y resolver dudas en temas que les preocupan de la mano de expertos, como ya han hecho con la guerra en Ucrania y la cooperativa energética Goiener.
De cara a este curso, Batuta considera que los problemas que tienen las comunidades de vecinos con la calefacción por los altos precios de gas y luz, bien puede ser el asunto a abordar en profundidad porque “provoca inquietud” en el vecindario y así se lo transmiten los vecinos a los responsables de esta red de solidaridad.
Judimendi es a día de hoy un barrio con más locales comerciales vacíos y una actividad económica reducida, no por el cierre de comercios sino por el bajo consumo debido a una menor capacidad adquisitiva de los hogares. “No sólo Judimendi, sino toda la zona de Santa Lucía y Arana, donde vemos que el nivel de vida es aún menor”, apunta Xabi Valdor.
Por lo demás, Batuta seguirá trabajando en los tres principales ejes que se marcó: el carril de solidaridad, el carril denuncia y el carril hacer comunidad como el colectivo los denomina. Y dando mayor visibilidad al espacio Elkartasun Txokoa, estrenado el pasado año para que los residentes dejen sus quejas, inquietudes y propuestas haciendo llegar así su voz a Batuta. “Queremos reforzarlo y darle mayor visibilidad”, anuncia Xabi Valdor.
Centro de mayores ya
En el apartado de denuncias, el barrio lleva años y años pidiendo al Ayuntamiento de Vitoria la construcción de un nuevo centro sociocultural para personas mayores con servicios para usuarios y usuarias como en otros espacios Bizan de Vitoria. El actual es pequeño y tiene problemas de accesibilidad. Sin embargo, su edificación va ligada a la construcción de unas viviendas, lo que demora la apertura; así que Batuta ha solicitado al gabinete Urtaran que el futuro Bizan sea un edificio de nueva construcción y mayor tamaño que el actual, con servicios de peluquería, comedor o podología; accesible para las personas con movilidad reducida y no condicionado a ningún otro proyecto. “Al menos que las personas mayores puedan organizar distintas actividades a la vez, no como ahora que si unos están jugando al bingo, otros ya no pueden echar una partida de cartas porque sólo hay una gela”, apunta el miembro de Batuta.
Ante los continuos retrasos para dotar al barrio de un centro de mayores, la red de solidaridad de Judimendi seguirá reivindicando este espacio un año más, al igual que la rehabilitación de viviendas, sobre todo en materia de accesibilidad, otro de los problemas que arrastra este distrito de tiempo atrás, al igual que Zaramaga, Adurza, Abetxuko, etc. “Hay vecinos que no pueden salir todos los días a la calle con normalidad por la inaccesibilidad de sus pisos”, dice. “Al vecindario le inquieta también el desenlace de la reforma de la calle Los Herrán ante la falta de información que dicen tener”, añade Xabi Valdor.
Fomentar el uso del euskera para convertirlo en elemento de integración en el barrio, por ejemplo para los recién llegados es otro de los retos que se ha propuesto Batuta.