Abrazado al sufrimiento, con 40 grados azotando, 102 kilómetros aderezados por pistas de piedra y arena, cañones, ríos y exigentes puertos con vertiginosos descensos, el lemoarra Julen Zubero, impulsado por el "orgullo", se sorprendió a sí mismo venciendo en la segunda etapa de la Titan Desert, que unía Merzouga con Ksar Jdaid.
El corredor vizcaino de 39 años, hijo de Luis Zubero, ciclista profesional de ruta entre 1968 a 1975, se lanzó al ataque inmerso en un grupo de siete corredores. Sus rivales decidieron ponerse a su estela, delegando la responsabilidad y el ritmo en Zubero, que, decidido, asumió el peso.
"He sufrido mucho, sobre todo en las subidas, pero luego he navegado muy bien", relató el lemoarra. "Me la jugué por una pista y todos se pusieron en fila a mi rueda. Hice un gran desgaste, y al final Looser me quiso meter la rueda para llevarse la victoria, pero por orgullo disputé y gané", prosiguió tras alzar los brazos en Ksar Jdaid, donde Francisco Herrero permaneció como líder de la carrera. "Ganar ha sido una sorpresa incluso para mí", confesó Zubero, que en 2016 se proclamó subcampeón de la Titan Desert.