Política

Junts per Catalunya espera a su líder, Carles Puigdemont

Junts afronta su congreso el fin de semana para diseñar su liderazgo y estrategia , y en el que el expresident saldrá reforzado, así como su apuesta independentista
El expresident de la Generalitat y líder moral de Junts, Carles Puigdemont, en un acto político reciente de su partido. / EFE

Junts per Catalunya espera a Carles Puigdemont. Un partido a la espera de su líder. Así afronta la formación su congreso este próximo fin de semana en el que se espera que el expresident y referente moral del espacio posconvergente dé un paso al frente y anuncie que quiere presidir formalmente la formación. El cónclave está hecho a la medida del expresident quien, aunque no orgánicamente, políticamente ejerce un liderazgo indiscutible dentro de su movimiento y también en el extrarradio de su movimiento.

No hay en el horizonte nadie que le pueda hacer sombra en su partido y el cónclave que se celebrará en Calella (Barcelona) así lo reflejará. Ni el emergente pero reducido sector pragmático ni la actual presidenta del partido, Laura Borràs, tienen opciones reales para poner en riesgo la coronación de Puigdemont. Los primeros, porque carecen de una estructura y un liderazgo potentes como para ser tomados como una opción seria; y la segunda, además de por el lastre que acarrea su condena por corrupción, porque en los últimos tiempos ha ido perdiendo mucha influencia y ha quedado relegada en la toma de decisiones, por lo que en el mejor de los casos tendrá que conformarse con un cargo más simbólico que efectivo.

El congreso de Junts llega en un momento en el que el soberanismo catalán afronta sus horas más bajas en las últimas décadas en cuanto a apoyo popular y a los resultados electorales. En este contexto, ERC, los Comuns, la CUP y la propia Junts encaran un otoño de redefinición a través de sus respectivos procesos internos que han se servir para repensar sus estrategias y, en algunos casos, dar entrada a nuevos liderazgos.

Liderazgo indiscutible

Las fuerzas independentistas han perdido la mayoría en el Parlament lograda en la pasada legislatura: Junts, ERC y la CUP sumaban entonces 74 escaños (sobre un total de 135), por los actuales 59. Al tiempo, en el Parlament catalán ha irrumpido con dos diputados la también independentista de extrema derecha Aliança Catalana, encuadrada en la extrema derecha.

Especialmente Junts y ERC encaran sus congresos bajo la misma espada, con una dolorosa pérdida de poder institucional, pero con una situación orgánica opuesta: mientras en Junts nadie discute el liderazgo de Puigdemont, Esquerra vive una fuerte convulsión interna tras la pérdida de la Generalitat y la descarnada batalla por hacerse con la dirección del partido en el congreso que se celebrará a finales de noviembre, una guerra civil en el que la militancia tendrá que elegir entre Oriol Junqueras y el sector afín a la actual secretaria general Marta Rovira, cuya plancha está encabezada por Xabier Godàs.

La campaña está dejando episodios de un cainismo feroz entre ambos líderes, echándose los trastos, con maniobras oscuras y con reproches mutuos de trazo grueso.

El congreso de Junts del próximo fin de semana se prevé más sosegado que el de Esquerra, entre otras razones porque a priori no parece que nadie vaya a presentar batalla frente al expresident. El cónclave está diseñado para minimizar las opciones de un debate sobre liderazgo y prioriza la discusión sobre las ponencias a la de los liderazgos, que se sustanciarán en una sola votación sobre las listas cerradas y bloqueadas que se podrán presentar el mismo día. Se debatirán tres ponencias, una sobre estrategia, otra sobre organización y una tercera sobre el modelo de país. En las tres se evidenciará que Puigdemont sigue fijando la estrategia de Junts.

Junts fue la primera fuerza independentista en las elecciones del 12 de mayo, con 35 escaños, pero fueron insuficientes para que Puigdemont regresara a la presidencia de la Generalitat y quien sabe si con ello hubiera abandonado su exilio. El cónclave quiere ser el punto de inflexión para reflotar al movimiento y convertirse en el partido de referencia dentro del independentismo catalán. Pretende ser el kilómetro cero del relanzamiento independentista tras la pérdida de la mayoría en el Parlament.

Votos clave en el congreso

Junts renovará la totalidad de su cúpula en el congreso, con la intención de buscar encaje orgánico a Puigdemont, líder moral de la formación, pero sin cargo oficial en el partido, aunque es él quien lleva las riendas del partido. En todo caso, no ejercerá de jefe de la oposición, cargo que Junts dejará vacante.

Puigdemont dejó la presidencia de Junts hace dos años para impulsar el Consell de la República, un órgano que debía aglutinar al independentismo desde su exilio en Waterloo pero que no ha conseguido sus objetivos.

Si se confirma su designación al frente del partido, tendrá a su lado el que hasta ahora ha sido su más fiel escudero, Jordi Turull. Un hombre de partido que siempre ha estado muy pegado a los líderes convergentes como Jordi Pujol, Artur Mas y Oriol Pujol y finalmente el propio Puigdemont y uno de los que pilotaron la transición del nacionalismo catalán tranquilo al independentismo actual. Ha estado siempre a la sombra, cobró gran protagonismo en la aparición y posterior desaparición de Puigdemont.

Aquel día también el histórico exconvergente y actual presidente del Parlament, Josep Rull, acaparó la atención de las televisiones por su apego al expresident. Ahora dejará la presidencia del consejo nacional de Junts, lo que deja un hueco que podría ser para Borràs.

El cónclave servirá a los de Puigdemont para cohesionar al partido en torno al liderazgo de Puigdemont y a partir de ahí abrir un nuevo escenario político, tanto en Catalunya, donde Junts se situará como principal oposición al gobierno de Illa, pero también en el conjunto del Estado, valiéndose de la capacidad de influencia en la gobernabilidad del Ejecutivo de Pedro Sánchez con sus decisivos siete diputados en el Congreso. Al contrario que al Govern de Illa (PSC), donde mantiene una táctica de acoso y derribo, en el Congreso,, juega una carta de pragmatismo y mantiene abierta una vía de negociación con el PSOE, consciente de que es la única manera de arrancar algún beneficio.

En principio, la apuesta de Junts pasa por la renovación de liderazgos y la apertura del partido más allá de la militancia y acoger a todas las sensibilidades del independentismo catalán. Aspira a ser el primer partido del independentismo y a la vez recuperar apoyos entre los antiguos sectores afines a Junts, a los que ERC no consiguió atraer y a los que se han acercado a Illa por su discurso más centrado en lo que se denomina las cosas del día a día.

El apunte

El equipo de Puigdemont. El congreso político de Junts este próximo fin de semana tiene como objetivo declaradola renovación de los liderazgos y la estrategia. En la práctica, pocas dudas hay sobre que Carles Puigdemont, que ahora no tiene cargo oficial, aunque moralmente es el líder del partido, será designado presidente de la formación. En su candidatura se da por seguro que estarán Jordi Turull, que seguirá como secretario general, Antoni Castellá, lider de Democrates, y Miriam Nogueras, portavoz de Junts en el Congreso.

21/10/2024