Apenas declaró dos frases. Simplemente dijo que no se encontraba “muy bien” y que no recuerda “lo que pasó. Por mi problemática no voy a declarar”, aseguró este joven de Estella, que se encuentra en prisión con tratamiento psiquiátrico desde que en febrero de este año fuera detenido con un machete en la mano tras protagonizar un grave incidente en su vivienda y atacar un coche de la Policía Municipal de Estella.
La Fiscalía pidió ayer para él 13 años de prisión en el juicio que se celebró en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. Los padres del acusado negaron ayer en la vista oral que su hijo tuviera ánimo de matar, manifestaron que no les causó lesiones y que su problemática está relacionada con problemas psiquiátricos derivados del consumo de tóxicos.
La defensa solicita por ello la absolución del intento de homicidio y que se le aplique una eximente completa (es decir, que no tiene responsabilidad penal y en todo caso debería ser internado en un centro especializado) de los delitos de daño y atentado contra agentes de la autoridad. El Ministerio Público tan solo contempla una atenuante por enajenación mental.
"Estaba fuera de sí"
La madre del procesado recordó que la noche del 22 de febrero de 2022 empezó a preocuparse porque escuchó ruidos de madrugada en la habitación de su hijo. “Mi chico llevaba días sin tomar la medicación y como también consume cocaína se encontraba fuera de sí, con un brote psicótico. No era capaz de entender nada”.
En ese contexto, arrojó una silla y una maceta por el balcón, dañó un coche con uno de los objetos lanzados y su padre telefoneó al 112 para que acudieran los servicios de Emergencias y fuera internado. “No llamamos porque tuviéramos miedo de él, porque él nunca ha querido hacernos daños, siempre atenta contra sí mismo. Pero lo que nos dicen sus psiquiatras es que cuando sufre un brote así lo que tenemos que hacer es estar tranquilos, para que se pueda calmar y llamar para pedir ayuda”.
La Fiscalía sostiene sin embargo que el joven intentó arrojar a su madre por el balcón y que no lo consiguió por la intervención del padre y que luego cogió un machete y amenazó al progenitor. Le dijo, según la acusación, “arrodíllate, que te voy a cortar el cuello”. El padre manifestó que “estaba seguro de que no iba a hacer nada y, de hecho, saqué a continuación 50 euros del bolsillo, se los dí y se tranquilizó”. Sobre el episodio con la madre, esta recordó que la había cogido del brazo y que le había dicho: “Vamos a tirarnos por el balcón”. A lo que ella respondió que “nos queda mucha vida por delante, no vamos a hacer eso”, para tratar de destensar la situación.
Negó asimismo que llegara incluso a llevarla hasta el balcón. “Estábamos en el pasillo y ni por la situación en la que él se encontraba, ni por la distancia que había, hubiera podido llevarme hasta el balcón. Solo me agarró del brazo y me dijo eso y luego yo me metí en el baño, sin llegar a cerrarlo”, declaró la progenitora. Afirmó que la situación se prolongó durante unas tres horas y que el hijo, al coger luego el machete, subió varias veces del piso a la calle y viceversa. A los policías les gritaba “cobardes, pegadme un tiro”. Al lugar acudieron dos agentes de la Policía Municipal de Estella y tres de la Policía Foral. La acusación sostiene que el acusado les atacó con el machete, les persiguió y causó daños en el coche patrulla por 2.457 euros.