Dos mujeres, de nacionalidad ucraniana y paraguaya, serán juzgadas este viernes en Pamplona, en el Juzgado de lo Penal número 3, acusadas de un delito de odio por dirigir expresiones ultrajantes a un varón por su orientación sexual y su origen español. La Fiscalía les pide penas de 1 año y 9 meses de cárcel y multas de 2.400 euros.
Los hechos ocurrieron el Día de Reyes de 2021, sobre las 15.30 horas, cuando ambas acusadas se encontraban comiendo en un asador de Cizur, según el escrito de calificación provisional del Ministerio Fiscal. Hacia esa hora, entraron al comedor del establecimiento dos varones que se sentaron en la mesa contigua a la de las acusadas.
En un momento dado, uno de los varones se levantó a dar un beso a su pareja, y una de las acusadas denigrando su orientación sexual, dijo “mira esos dos cómo se besan, son maricones”. Pese a lo anterior, los dos hombres hicieron caso omiso al comentario.
Gritos y cánticos
Sin embargo, según avanzaba la comida, los gritos y cánticos de las acusadas impedían al resto de comensales mantener una mínima conversación, por lo que uno de los varones pidió de forma educada a las acusadas que bajaran el tono. En ese momento, le dijo “si no puedes oír, te jodes, gordo de mierda; perdona cállate gordo de mierda, maricón tenías que ser y español tenías que ser”.
Tras ese episodio, una de las acusadas comenzó a gritar y hacer aspavientos en medio del restaurante que estaba lleno de gente, y comenzó a decir “me va a mandar a mi callar unos maricones de mierda, encima españoles tenían que ser”. Acto seguido, con ánimo de denigrar nuevamente, se aproximó a escasos centímetros de la cara del varón, sin portar mascarilla, y coreada por su compañera y también acusada le dijo, “maricón, gordo, gilipollas”.
Interviene el personal del asador
Debido a que personal del establecimiento solicitó a las acusadas que se comportaran y cesaran de insultar e increpar al hombre, la acusada dijo a éste último “no tengo culpa de que seáis homosexuales y no siento que tenga que pediros disculpas por ello”.
La actitud de las acusadas duró 15 minutos, destaca la Fiscalía, que considera que "los reiterados insultos y calificaciones discriminatorias iban destinados a humillarle por su orientación sexual". Pese a las solicitudes del personal del establecimiento, las acusadas no abandonaron el lugar hasta que llegó una patrulla de Policía Foral.