El cariño y el agradecimiento desbordan a Kepa Junkera tras el recibimiento dado al documental Berpiztu, centrado en su carrera profesional y su momento actual tras sufrir un ictus hace casi cuatro años, que se estrenó en Zinemaldia y llegará a los cines el 2 de diciembre. “No me quejo, hay gente peor que yo”, asegura el músico, que ha vuelto a contactar con la triki y a pergeñar ideas , y que indica en esta entrevista a DEIA que “nunca he pensado que me haya ido”. Junkera acudirá el jueves a una proyección especial del documental, en la Sala BBK de Bilbao, a las 19:30 horas.
La cita será la presentación en sociedad del músico bilbaino tras sufrir un ictus el 6 de diciembre de 2018 en Gante (Bélgica), donde había ofrecido un concierto. Allí dejó de sonar su triki, esa que emocionó durante 32 años a decenas de miles de personas, no solo vascas, en su pionera carrera de elevar un instrumento popular y hasta mal visto a finales del siglo XX al estatus actual, con él como embajador mundial de la triki y el folk euskaldun.
Berpiztu combina su carrera artística con el proceso de recuperación posterior al ictus, en el que sigue inmerso. Junkera ha renacido de su enfermedad y, aunque todavía tiene problemas para comunicarse verbalmente, le embarga el agradecimiento. “Lo primero es agradeceros a todos, a ti y a tus compañeros de los medios, porque siempre me habéis tratado con cariño y siempre habéis estado atentos a mi trabajo”, responde. La madre de sus hijos se ha encargado de transcribir las respuestas orales de Junkera.
Berpiztu, dirige Fermín Aio con el apoyo de Joserra Producciones y ETB, supone el reencuentro de Junkera con sus seguidores, que no sabían nada de él. “Es como un reencuentro con alguien a quien quieres mucho y llevaba desaparecido años. No estaba bien en un artista de su calibre”, explicaba Aio. El músico asegura que “yo no lo veo así”, ya que “nunca he pensado que me haya ido”. Eso sí, agradece a Aio el trabajo realizado, que ha logrado resumir “más de 40 años de trabajo en las dos horas” del documental.
La película alterna una carrera en la que Junkera ha colaborado con más de 600 artistas con la historia humana que había detrás de esos documentados encuentros, así como su actual proceso de recuperación en el centro Aita Menni y el papel destacado de su familia en este proceso, documentado en las imágenes. “Era muy difícil resumirlo todo, solo puedo agradecer a quienes me han ayudado”, indica Kepa, que se niega a lamentarse sobre su estado de salud. “Si algo he aprendido de mis padres es a no quejarme nunca. Hay gente que está peor”, apostilla.
El título del documental, Berpiztu, que juega con la idea del regreso como una especie de “renacimiento”, surgió del propio músico. “Solo soy uno más que pasaba por allí, sería interminable hablar de todos”, indica Junkera. Quizás hubiera sido más apropiado haber titulado la película “gracias”, confiesa antes de confirmar que su realización y su implicación –hijos y ama incluidos– han funcionado como terapia en su aún largo proceso de recuperación. “Ha ayudado, claro”, indica.
Humildad
Berpiztu evidencia el papel de Kepa como embajador de la música vasca en imágenes que comparte con muchos participantes en el documental, de Dulce Pontes a Ara Malikian, Estrella Morente, Santiago Auserón… “Antes que yo ha habido mucha gente que ha trabajado para que luego pudiera beneficiarme”, responde con humildad. Y cita a Oskorri, Lertxundi, Laboa, Laja, Epelde, Martin, Auntxa, Fasio, Rufino, Piti o Joakintxu. “Les doy gracias a todos ellos”, explica.