El servicio de atención a la infancia y la adolescencia del Gobierno vasco, Zeuk Esan (116111) comienza a partir del 2 de mayo una nueva etapa al estar operativo las 24 horas del día los 365 días del año. El servicio Zeuk Esan, que empezó su andadura el 6 de octubre de 2010, está compuesto por profesionales especializados en temas relacionados con la infancia y la adolescencia, y ofrece información, orientación y asesoramiento tanto a las personas menores como a las adultas que las rodean y que se desarrolla principalmente a través del teléfono, una llamada que al igual que el de la violencia machista es gratuita, anónima y no deja rastro en la factura telefónica.
El servicio Zeuk Esan de atención a la infancia es ya un teléfono consolidado. ¿Cuál es el balance que se puede hacer de estos años?
—El balance sin duda es muy positivo porque en los últimos años no ha dejado de crecer el número de llamadas después de haber pasado unos años difíciles porque no parecía que lográbamos despegar. Eso ya ha pasado y ahora tenemos que mejorar en otro aspecto fundamental, en la detección de nuevos casos y ese es el reto que tenemos que afrontar a partir de ahora. Para ello vamos a hacer una serie de guías a las que ya tenemos y también a partir del próximo curso escolar vamos a ir a los centros escolares para informar a los alumnos y también para formar a los profesores para que nos ayuden en la detección de estos casos, que sabemos que existen pero que aún no han aflorado porque así lo indica los datos que tenemos a través de Osakidetza. Ahora el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales considera que tenemos que ir más allá y por eso también vamos a iniciar una nueva etapa con el servicio de 24 horas que nos tiene que ayudar como digo a mejorar en la detección de casos.
El servicio Zeuk Esan está abierto tanto a los menores como a padres y profesionales. ¿Quién llama más?
—La verdad es que está bastante parejo entre padres e hijos. Lo que hay es que los menores llaman a partir de los 14 hasta los 17 años. Debajo de esa cifra es raro que tengamos alguna llamada de doce años así y menos de esa edad nada porque no tienen capacidad para ponerse en contacto.
Entre los menores destaca el tema de la soledad, que parece la principal angustia ente los adolescentes vascos. ¿No es paradójico que la generación más digital con todas las redes sociales sea la que más sienta la angustia de la soledad?
—Los que ya tenemos una edad y tenemos hijos e hijas de estas edades sabemos que tiene su explicación. Nuestra generación era analógico y ante cualquier problema, malos entendidos... sabíamos que siempre iba a ver una segunda oportunidad de aclararlo en persona. Ahora es distinto. Es una generación digital y no cuesta nada dar una tecla y borrar el contacto de esa persona. Por eso, hay ese sentimiento de soledad que manifiestan los menores.
¿Además de los problemas de soledad cuáles son los problemas que se encuentran al otro lado del teléfono Zeuk Esan?
—Los temas de desprotección infantil, maltrato y también cada vez más tenemos llamadas de violaciones y agresiones sexuales hacia ellas dentro de las cuadrillas de amigos. Luego, en menor medida, están el tema de las adicciones que, aunque existe el problema, antes de acudir a un adulto prefieren echar mano de un amigo o un hermano mayor.
¿Y cuáles son los principales problemas que manifiestan los adultos cuando llaman al teléfono?
—Los casos sobre los que más llaman son, sobre todo, los problemas relacionados entre los padres, problemas familiares, incomunicación y, sobre todo, las situaciones que conllevan las separaciones y divorcios como la custodia de los menores, el régimen de visitas, pensión alimenticia del menor... Tenemos también muchas llamadas de padres que llaman preocupados porque su hijo o hija entienden que sufre bullying en el colegio y consideran que el centro escolar no hace nada, y llaman preocupados porque no saben ya qué hacer.
¿Hay un perfil del menor que llama al teléfono Zeuk Esan?
—No, no hay un perfil del menor al que atendemos. Los últimos datos de 2023 decían que el 52% de los chicos usaban el teléfono frente al 48% de las chicas pero, en otros años, ha sido al revés. Está muy parejo y en cuanto a la edad, como ya he comentado, son los adolescentes de 14 a 17 años los que más usan el teléfono. En cuanto al lugar de procedencia hay más casos de Bizkaia, pero tiene que ver porque hay más población, no por otra cosa.
¿Han notado un mayor número de llamadas de menores expresando su miedo o angustia porque vivan en hogares donde se producen episodios de violencia machista y temen que les pueda pasar algo debido al aumento de casos de violencia vicaria que se está produciendo a lo largo de este año?
—El problema de la violencia intrafamiliar es algo que está ahí y tenemos llamadas de episodios donde los menores llaman angustiados porque ven cómo su padre pega a su madre por el hecho de ser mujer. En estos casos la detección de casos es muy importante para que tanto ellos como las mujeres se sientan protegidos. En el caso de las mujeres también les asesoramos en el proceso a seguir y les ponemos en contacto con el teléfono de Satevi (900 840 111).
¿Una vez que ustedes detectan un caso de violencia machista en el hogar o de maltrato infantil qué procedimiento llevan a cabo?
—En primer lugar tenemos que asegurarnos que lo que nos cuenta el menor es verdad y no es una rabieta porque el padre o la madre ha puesto unos límites y unas normas en casa que el menor no acepta. Cuando después de todas las comprobaciones y conversaciones con nuestros psicólogos corroboramos que el relato que cuenta es verídico, y no es una especie de venganza, nos ponemos en contacto con los servicios sociales de la localidad que son los encargados de seguir los casos y realizan una ficha de seguimiento, que también nos la remiten a nosotros. Ellos son los encargados de evaluar cuál es la mejor opción para proteger al menor y/o la madre.