ESTADOS Unidos celebró por todo lo alto la victoria de Fred Kerley en los 100 metros del Mundial de Eugene y la confirmación de que vuelven a dominar la prueba reina. La ausencia por lesión del campeón olímpico Marcell Jacobs abrió esa puerta y eliminó un rival serio y tras el nuevo campeón (9.86), que fue segundo en Tokio, llegaron Marvin Bracy (9.88) y Trayvon Brommell (9.88) para firmar el primer triplete de los estadounidenses desde 1991, cuando lo lograron Carl Lewis, Leroy Burrell y Dennis Mitchell, y el tercero en la historia. Oro, plata y bronce en la recta es algo que ni siquiera Jamaica logró a la estela de Usain Bolt y parece que se ha producido el relevo de nuevo porque solo un atleta caribeño logró meterse en la final y fue Oblique Seville, bastante lejos.
Kerley, que como tantas estrellas del deporte tuvo una infancia complicada en la que llegó a compartir cama con otros doce jóvenes acogidos por su tía, representa fielmente el carácter desafiante de la nueva hornada de velocistas de Estados Unidos. El nuevo campeón del mundo de 100 metros ya ganó el bronce en 400 metros en la cita de Doha hace tres años y en Eugene aspira también a la medalla en los 200 metros para convertirse en el único atleta con metales en las tres distancias de velocidad, aunque en la media vuelta a la pista se las tendrá que ver con Erriyon Knighton y Noah Lyles, lo que tampoco descarta otro triplete estadounidense.
“Nadie viene al estadio más que a ver al hombre más rápido del mundo y eso es lo que yo quería ser”, proclamó Fred Kerley, que apenas interactuó con sus compañeros de podio tras su apretada victoria en la que demostró mucha técnica en la parrilla de llegada: “En Tokio perdí por solo cuatro centésimas y no quería que me pasara de nuevo”. Él es el nuevo rey de la velocidad y Estados Unidos vuelve a gobernar con puño de hierro. “Ganas o pierdes, de eso trata el atletismo. Los grandes lo hicieron en 1991 y los grandes lo volvemos a hacer en 2022”, afirmó sin un atisbo de modestia.
El nuevo campeón mundial apuntó que este oro es realmente “volver a los orígenes” ya que empezó en el atletismo con los 100 metros y la longitud. Ahora no sabe si volverá a los 400 metros, que abandonó durante la pandemia, aunque se muestra dispuesto a correr también los dos relevos en esta semana en el Hayward Field de Eugene, donde se vivió otro momento de exaltación con la victoria en el lanzamiento de peso de Chase Ealey, que se puso líder con un primer tiro de 20.49 y nadie pudo desbancarla del primer oro femenino en la modalidad para Estados Unidos.