Tras el momento histórico que supuso el nuevo récord anotador de Lebron James, la NBA sigue produciendo episodios impactantes al borde del cierre del periodo de traspasos. Kevin Durant, otra de las grandes estrellas de la competición, fue la principal noticia ayer jueves al ser traspasado a los Phoenix Suns, solo unos días después de que Kyrie Irving tomara el camino hacia los Dallas Mavericks para acompañar a Luka Doncic. De esta manera, los Brooklyn Nets, que ya traspasaron a James Harden el curso pasado, rompen definitivamente el trío que estaba llamado a dominar la NBA y que ha sido un absoluto fracaso, como lo fue cuando juntaron en la década pasada a Kevin Garnett y Paul Pierce.
Este movimiento supone, en todo caso, que la franquicia de Arizona, finalista de la NBA en 2021, se convierte en clarísima candidata al anillo en una Conferencia Oeste que ya tiene otros equipos y estrellas muy importantes y que dominan hasta ahora los Denver Nuggets de Nikola Jokic. Durant, que ha estado fuera por problemas físicos en los últimos partidos, había mostrado su descontento con los Nets, que no han conseguido crear un proyecto estable en Brooklyn como alternativa a los New York Knicks. Ahora, con 34 años y un reciente historial de lesiones, se une a Chris Paul y Devin Booker en busca de su tercer anillo tras los dos que logró con los Golden State Warriors junto a Stephen Curry y Klay Thompson.