UN par de años atrás, Kia se atrevió a lanzar el XCeed, insólita propuesta crossover con facciones de cupé inspirada en su turismo compacto. Aquel verso suelto se deslizaba fuera de pistas del diseño convencional hasta encontrar, contra algunos pronósticos, el atajo al éxito: hoy supera en ventas al Niro. La cálida acogida por parte del público ha consolidado a esta coqueta creación, alentada ahora con un tenue restyling que esmera fachada y contenido. Aprovechando el mismo, Kia añade a su oferta la terminación deportiva GT-line. La tarifa oficial discurre de 24.950 a 40.625 euros, horquilla que el descuento del fabricante (sin contar la promoción por financiar) deja entre 20.957 y 36.572 euros.
El peculiar crossover hace suyos los pequeños pero interesantes progresos adoptados hace unos meses por su precursor. Aunque entre ellos figuran avances técnicos en el capítulo de ayudas a la conducción, son, más que nada, mejoras de índole estética. Hay que fijarse mucho para detectar esos retoques que ponen su aspecto al corriente sin distorsionar la imagen que lo hace inconfundible.
El XCeed presenta grupos ópticos led renovados, que integran los proyectores antiniebla; escoltan una parrilla revisada, bajo la cual asoma un paragolpes delantero levemente modificado, como las tomas de aire. La retirada de los antiniebla de la antigua ubicación ha permitido incluir en ambos flancos unos deflectores que guían el aire hacia las ruedas, con lo que se atenúa la resistencia al avance y se fomenta la eficiencia ahorrando combustible.
Así pues, el modelo gana vistosidad y cierto empaque respetando talla y figura. Por tanto, sigue planteando una alternativa al Ceed de cinco puertas ligeramente más corpulenta y capaz. Su carrocería de corte todoterreno va algo más separada del suelo que la del turismo hermano (tiene una altura libre de 172 mm con llantas de 16 pulgadas y de 184 mm con las de 18); en teoría, esa elevación persigue favorecer un improbable paso por terrenos irregulares.
El XCeed mide casi 4,4 metros de largo; son 8 cm más que el Ceed, repartidos entre los voladizos delantero y trasero. Ocupa 1,83 de ancho y 1,48 de alto (3 cm más en cada caso). La distancia entre ejes (2,65 m) es idéntica a la del turismo. El portaequipaje se beneficia del diseño holgado, aunque esbelto, de la carrocería y brinda 426 litros útiles (69 más); se accede a este hueco de carga con dos niveles por medio de un portón, que dispone de apertura eléctrica ajustable.
La plataforma realzada del XCeed propicia desembarcar y acceder a su interior sin contorsiones. También procura mayor control visual del entorno a quien conduce y a sus acompañantes, ya que los asientos van hasta 4,4 cm más altos que en el Ceed. La capacidad de la cabina es bastante parecida. La elevación del techo depara una grata sensación de desahogo a los cinco ocupantes del crossover. El declive del parabrisas trasero, seña de identidad que confiere el toque cupé, no representa un problema serio de habitabilidad, salvo para inquilinos del asiento posterior muy altos. Además de su silueta, distinguen al XCeed detalles ornamentales como las barras de techo cromadas y los estribos laterales y las protecciones de los pasos de ruedas de fibra.
NOVEDAD
PUESTA EN ESCENA GT-LINE
Deportividad. La renovación del XCeed comporta el estreno de la especificación GT-line, favorita de la clientela que valora también una cierta estética deportiva. Confiere un plus de osadía al diseño ‘nariz de tigre’ de la parrilla delantera, reforzado por la toma de aire inferior, los deflectores acabados en cromo y el revestimiento lateral del paragolpes, que añaden un punto de agresividad al semblante. En la zaga aparecen unos llamativos pilotos led hexagonales y un difusor inferior en el mismo tono de la carrocería. Los GT-line montan llantas de aleación específicas de 18 pulgadas que, sumadas a los estribos del color de la carrocería, las barras del techo y los retrovisores en negro brillante, enfatizan la impronta dinámica. Kia extiende al XCeed la garantía por siete años o 150.000 km.