Seguro que más de una vez has ido conduciendo y un pitido te ha molestado mientras cantabas tu canción favorita. Ese pequeño testigo de gasolina en el cuadro de instrumentos se enciende siempre en el momento más inoportuno y encima nos produce un estrés innecesario.
Aunque suele ser por despiste, estos últimos meses con la subida de los carburantes nos estamos familiarizando más y más con este puntito luminoso que nos indica que hemos entrado en la reserva de nuestro vehículo. Dejar el coche a mínimos para intentar ahorrar unos euros te puede salir mucho más caro de lo que te imaginas, tanto por la ansiedad que genera como por la salud de tu coche.
Variaciones
Aunque sea de las respuestas más odiadas cuando más lo necesitas, no te podemos dar un dato fijo, ya que depende del tipo de vehículo que tengas, del combustible que le eches y del tipo de conducción que tengas, entre otros.
En general, cuando la luz de reserva nos da un toque de atención, queda entre un 10% y 15% del total del tanque. Si tu coche es pequeño o mediano y tiene una capacidad de 50 litros, esto equivaldría más o menos a 5 litros. En cambio si tienes un vehículo de mayores dimensiones, tendrás más márgen de maniobra para recorrer algún kilómetro extra.
En reserva
Lo primero, lo más lógico e inteligente para hacer cuando entras en reserva de combustible es empezar a pensar dónde estará la gasolinera más cercana. Para ir ahorrando mientras llegamos al punto de repostaje, podemos seguir estos sencillos pasos.
- Modo de conducción. Evitar frenazos, acelerones y una conducción brusca es la manera ideal de convertirnos en conductores más eficientes. Es una manera sencilla de ahorrar carburante y de emitir menos gases nocivos.
- Carga. Es lógico, pero igual no nos damos cuenta muy a menudo. Cuanta más carga lleve el coche, más combustible necesita gastar y, por tanto, menos nos queda en la reserva.
- Factores externos. Aunque a veces no depende de nosotros, conducir por carreteras de menor calidad hace que el motor se esfuerce más, por lo que el gasto es mayor y nos quedamos antes sin gasolina o diésel. De la misma manera, si entramos en reserva antes de salir de casa y hay un clima tormentoso, es mejor que te dirijas de inmediato a la gasolinera, ya que la lluvia y el viento también producen una mayor carga al motor.
Panel de control
El panel de control y el ordenador de a bordo pueden ser dos de tus mejores aliados a la hora de enfrentarte a los últimos kilómetros de combustible. La pena es que no todos los paneles son igual de exactos. Cuanto más moderno sea el modelo del vehículo, más exactitud se supone que puede tener, pero nunca será una cifra precisa y creíble al 100%.
Sin carburante
Si no logramos llegar a nuestro destino con la reserva ya encendida, podemos buscar gasolineras cercanas, debemos intentar mantenernos fuera de las zonas peligrosas y llamar a asistencia en carretera si no queda otra opción.
Para no pasar por este mal trago, es buena idea planificar con anterioridad tus rutas por las áreas que desconozcas y revisar regularmente la cantidad de carburante restante en el vehículo.
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