Va a sustituir los ilustres pasillos de la Cámara Alta por los del Ayuntamiento de Pamplona. Menudo cambio.
Los del Senado son excelentísimo pasillos (se ríe). Estoy encantado de la vida. Pamplona me ha dado mucho, se lo debo y voy a tratar de devolvérselo.
¿Le costo mucho decidirse?
(Se lo piensa). La verdad es que no. Soy militante y cuando uno es militante se es hasta el final; soy médico y lo seré hasta el final. Al principio me hice un poco el remolón, pero tenía claro que si mis compañeros y compañeras me lo pedían no tendría más remedio que decir que sí. Quise que me suplicaran un poquito más (se vuelve a reír).
Vamos, que quería un poquito más de jabón, como se dice vulgarmente.
Quería convertirme, un poco más, en objeto de deseo (más risas).
Lo que sí está claro es que pierde dinero con el cambio, porque de representante municipal cobrará bastante menos que en el Senado.
Afortunadamente he tenido una profesión que a cambio de muchas horas de trabajo y de muchas guardias en la UCI me ha permitido tener un sueldo mejor. Tengo una situación económica desahogada. He gastado, porque también me gusta vivir y disfrutar, y también tengo mis ahorros, pero nunca he preguntado cuánto iba a ganar, ni cuando me plantearon ir al Parlamento, ni al Senado ni ahora. A día de hoy no sé lo que gana un concejal o el alcalde, pero supongo que será un salario digno y mejor que el de muchos trabajadores que se parten el espinazo cada día.
Ya que ha mencionado el tema de la profesión médica no puedo evitar preguntarle por su opinión sobre la huelga que mantiene el sindicato médico en Navarra.
Lo veo como una huelga de trabajadores más. Otra cosa es el diagnóstico de la atención sanitaria actual y ahí discrepo enormemente con lo que dice el sindicato. Es verdad que faltan médicos, aquí y en todo el Estado; también lo es que la atención primaria está desbordada y que algunos puestos tendrían que estar mejor remunerados, pero no creo que la solución a todos estos problemas sea quitar la exclusividad. Es una trampa, una engañifa y supone además abrir la puerta a la privatización de la salud. Eso es peligroso.
Volvamos a cuando se hizo de rogar. ¿Qué le decidió a dar el sí definitivo?
Lo tenía claro. Geroa Social Verdes, partido al que pertenezco, es una formación muy joven, en continuo crecimiento, pero necesitamos un poco más de tiempo, como la prórroga del partido de ayer (la entrevista se realizó tras el partido copero de Osasuna) para que la gente que está en Geroa Bai y la que está entrando pueda ser más conocida.
Aunque por su aspecto no lo parezca, está a punto de cumplir 70 años, lo que le convierte en el candidato más experimentado.
Recuerdo que en 2015 me tocó integrar la Mesa del Parlamento. Era el de más edad y cuando los parlamentarios venían a votar pensé de alguno de ellos que podía ser mi abuelo. Son cosas de la vida. Tengo 70 años y experiencia, pero no conviene pasar por alto que casi un 40% de los votantes de Iruña tiene más de 65 años.
Ya intentó encabezar la lista de Geroa Bai de 2015 y no lo consiguió.
Fueron una especie de primarias y en aquel momento la mayoría de Geroa Bai optó por otras personas que consideraban más indicadas. Lo asumí con naturalidad.
Igual por eso se ha hecho el remolón: como entonces no le quisieron ahora les ha hecho sufrir un poco.
No, para nada.
El panorama para su formación no pinta tan bien. Entonces sacaron 5 representantes, en la actualidad tienen 2 y las encuestas les sitúan en una horquilla entre 2 y 3.
Lo veo bien. Encabezo esta lista convencido de que vamos a ser determinantes para que el Ayuntamiento de Pamplona no caiga en manos de la derecha y para que el gobierno municipal lo lidere la fuerza progresista que más votos reciba. Ese es mi compromiso y esto me hace estar muy seguro de lo que voy a hacer.
En 2019 las cuentas daban para una Alcaldía progresista, como dieron en el Gobierno de Navarra, pero el alcalde es Enrique Maya y la presidenta Maria Chivite.
Sí, pero esa es una responsabilidad directa del Partido Socialista y en Navarra los socialistas han demostrado que sólo se han sumado al resto de formaciones de progreso cuando ellos mandan. La experiencia de los últimos 8 años ha tenido que enseñarles, y espero que el Partido Socialista lo haya comprendido, que tiene que abandonar este chalaneo que ha mantenido históricamente con la derecha y unirse de una vez por todas a las fuerzas progresistas. Sería un error imperdonable que se repitiera lo que ocurrió hace 4 años, pero hay una cosa clara y es que cuando Geroa Bai está fuerte en las instituciones, la derecha no gobierna. Ocurrió en 2015, cuando se pudo formar el gobierno de Uxue Barkos, y en 2019, que no llegamos a ser tan fuertes, Geroa Bai ofreció su apoyo al PSN nada más conocerse los resultados como fuerza progresista más votada, pese a que hubo voces en nuestra formación que no lo querían. Hemos sido muy leales, a diferencia de lo que ha pasado en el gobierno de coalición en el Estado, con dos socios que llevan toda la legislatura a bronca diaria.
Elma Saiz, la candidata del PSN, ha asegurado recientemente que presentará su candidatura a la Alcaldía sean cuales que sean los resultados que obtenga, lo mismo que hizo hace 4 años Esporrín y permitió a Maya hacerse con la Alcaldía.
No sería entendible ni por su propia gente. La historia del PSN es la que es. Resultaba difícil fiarse del Partido Socialista, y hoy en día a veces es complicado, pero es que si no llegamos a un acuerdo habría gobernado la derecha. Por eso es tan fundamental Geroa Bai y estamos convencidos de que la ciudadanía de Pamplona es más progresista de lo que se piensa la derecha y más vasquista de lo que le gustaría al PSN.
Deberá buscar el voto progresista, pero sobre todo retener los votos vasquistas.
El voto es de las personas y por eso no me vale cuando algunos dicen que tal o cual partido nos ha quitado tantos votos. Encabezo la lista de Geroa Bai para comprometerme con toda la ciudadanía. No salgo a ganar, salgo a conseguir un gobierno progresista para la ciudad de Iruña.
En su formación le ven como el mejor candidato posible, algo así como el antídoto ‘antiAsiron’.
No salgo contra nadie y estoy convencido de la gran valía de todas y todos los candidatas a la Alcaldía de Pamplona. Con algunos de ellos tengo profundas diferencias ideológicas y con otros, como por ejemplo Asiron, nosotros hicimos posible que fuera el alcalde de esa ciudad. Vivimos momentos muy bonitos, como el momento de su toma de posesión o la exhumación de los restos de Mola del monumento a los Caídos, pero también sufrimos alguna deslealtad importante del grupo municipal de Bildu.
Las principales formaciones han presentado candidatos de reconocido peso político para hacerse con la Alcaldía de Pamplona: un senador, un diputado y una consejera-portavoz. Casi nada.
El cartel es precioso y es para sentirnos orgullosos.
¿Cree que todos los candidatos seguirán en el Consistorio una vez celebrados los comicios de mayo?
En mi caso no hay duda. Los que me conocen saben que si comprometo con algo es hasta al final. Pase lo que pase en las elecciones yo estaré los próximos 4 años en el Ayuntamiento y después me iré.
¿Será Iruña su despedida de la actividad política?
Sí y espero que tras haber hecho bien las cosas como representante municipal. Me iré a descansar y seguiré militando, pero de otra forma. Encabezar la lista es un gran honor y una gran responsabilidad para los 4 años que vienen.
¿Se va haciendo a la idea del trabajo que le ve a tocar desarrollar en el Consistorio?
Me voy haciendo a la idea. Sé que es un trabajo de mucha gestión y confío en que todos seamos capaces de aportar y de compatibilizar los valores de unos y de otros.
Mucho tendrá que cambiar el panorama, porque el ambiente en estos momentos es casi irrespirable.
Ya lo sé, pero pasa lo mismo en el Parlamento, en el Congreso o en el Senado. Esta crispación interesada es lo que provoca que la gente se harte de la política.