El primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, acusó a Serbia de rechazar firmar hoy en la reunión de Ohrid el plan de implementación del pacto de la Unión Europea (UE) para la normalización de las relaciones entre los dos países.
"Hoy podemos decir que tenemos el anexo de implementación, pero Serbia no firmó ni el acuerdo básico ni el anexo", declaró Kurti.
"Ahora depende de la UE encontrar el mecanismo para hacer que este acuerdo sea legal e internacionalmente vinculante", añadió el primer ministro de Kosovo.
Plan europeo
El Alto Representante comunitario de Política Exterior, Josep Borrell, se reunió hoy en Ohrid, en Macedonia del Norte, con Kurti y con el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, para trazar una hoja de ruta para la aplicación del plan europeo que ambas partes aceptaron el pasado 27 de febrero en Bruselas.
Kurti insistió en declaraciones a la prensa tras el encuentro que ese plan es el reconocimiento de facto de la independencia de Kosovo por parte de Serbia y que por eso Vucic evitó firmarlo.
Belgrado no reconoce la independencia que su antigua provincia, de mayoría albanesa, proclamó en 2008, y Vucic aseguró recientemente que la normalización no supone el reconocimiento.
Reunión de 12 horas
Borrell declaró hoy tras la reunión, que se prolongó durante 12 horas, que Kurti y Vucic "se han comprometido plenamente a respetar todos los artículos del acuerdo y a implementarlo de buena fe".
Anunció que Kosovo se había comprometido a lanzar "de inmediato" negociaciones con la UE para ceder un "nivel apropiado de gestión autónoma" a la comunidad serbia en el país.
Una Asociación de los municipios de mayoría serbia en Kosovo, un tipo de autonomía, fue acordada en 2013 con mediación de la UE pero aún sin cumplir ante la oposición de Pristina.
Acuerdos incumplidos
Kurti relativizó hoy en Ohrid la urgencia del cumplimiento de esa obligación al indicar que hay otro varios acuerdos logrados en el pasado sin cumplir y que "hay un orden cronológico" que seguiría.
Aseguró, no obstante, que Pristina se guiará por altos estándares para que los serbios en Kosovo no sean discriminados.
El plan europeo prevé, entre otros aspectos, que Belgrado y Pristina reconozcan los documentos oficiales de ambos países, estipula que Serbia no impida la entrada de Kosovo en organismos internacionales y prevé "más seguridad, certeza y predictibilidad" de derechos para los serbios en Kosovo.