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Kristau Eskola se vuelca en la formación emocional del profesorado para mejorar la salud mental en sus aulas

Docentes de diversos centros comparten los pormenores de GuGan, un programa sobre los procesos emocionales basado en la Neurociencia
El uso de las redes sociales es un factor de riesgo en la salud mental de los más jóvenes.
El uso de las redes sociales es un factor de riesgo en la salud mental de los más jóvenes. / PILAR BARCO

¿La escuela puede hacer algo para mejorar el clima y la salud mental en las aulas? Esta es la pregunta a la que ha querido responder Kristau Eskola durante la puesta en común de los resultados obtenidos este curso por GuGan, el programa de educación emocional que se desarrolla en sus 120 centros. Implantado hace tres años, GuGan ofrece al profesorado competencias específicas que le permite “prevenir y abordar las distintas causas que impiden el bienestar emocional del alumnado y la convivencia”. Este proyecto va en la línea del currículum socioemocional que lleva trabajando desde la pandemia el Departamento de Educación y que se completó hace dos años con la Estrategia de Prevención, Intervención y Posvención de la Conducta Suicida en el Ámbito Educativo.

Lo singular del programa impulsado desde los colegios de Kristau Eskola, en los que estudian 85.000 escolares, es que se sustenta sobre el conocimiento que la Neurociencia aporta respecto a la naturaleza de los procesos emocionales y los comportamientos que imposibilitan gozar de una buena salud mental. Al mismo tiempo, GuGan señala “actuaciones” que desde el prisma educativo pueden ofrecerse desde las aulas de una forma sistematizada.

La profesora de la Universidad de Girona Carme Timoneda, una de autoridades del ramo, ofreció al profesorado que se reunió ayer en Gasteiz una masterclass bajo el título Una mirada a la salud mental desde un prisma neurocientífico y educativo a través de la que ofreció su visión sobre las posibles respuestas a un problema que tiene múltiples aristas. Además de conocimientos y valores, la educación emocional se ha convertido en una pieza clave dentro de las escuelas del siglo XXI, donde cada día afloran más casos de bullying, adicciones, violencia o comportamientos inapropiados. Euskadi no es una excepción.

Más ‘bullying’ y adicciones

Los casos de acoso escolar se han disparado casi un 40% el último curso. Durante el curso 2022-2023, la Inspección Educativa identificó 218 casos como acoso escolar entre iguales. Eso significa que 14% de los 1.543 casos analizados por el Departamento de Educación se identificaron finalmente como bullying. Las adicciones también han repuntado, sobre todo el consumo del tabaco agravado por un proceso de banalización respecto a vapear entre los niños y adolescentes. Más de la mitad de los jóvenes de 14 a 18 años reconoce haber probado cigarrillos electrónicos, pero la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) avisa de que desde edades más tempranas se encuentran “vapeadores en las mochilas”.

Denuncian la puesta en circulación de dispositivos con formas que atraen a los menores o incluso que se pueden confundir con material escolar y alertan de la baja percepción de riesgo entre este colectivo. Según el Departamento de Salud del Gobierno vasco, uno de cada cuatro adolescentes y jóvenes de 15 a 21 años ha comenzado a fumar utilizando este tipo de dispositivos. Además, el uso vapers se ha cuadriplicado en los últimos seis años. Por este motivo, Salud acaba de poner en marcha una campaña, destinada especialmente a la juventud, para sensibilizar sobre el riesgo de estos dispositivos.

Las autolesiones y los intentos de suicidios también se han abierto un hueco dentro de la agenda educativa vasca, sobre todo por el dolor emocional provocado por la crisis del covid entre los menores. Para poner dimensión a este fenómeno, baste recordar que solo durante el primer año de vida de la Estrategia Antisuicidio del Departamento de Educación, los centros de Bizkaia activaron 386 veces el protocolo y 89 veces en Araba. En esta línea, desde Kristau Eskola sostienen que los datos entorno a la salud mental y comportamientos inapropiados en las nuevas generaciones “muestran realidades preocupantes con cifras que han crecido sensiblemente en los últimos tiempos”. Un contexto, en el que GuGan se ha convertido en una pieza central de su oferta educativa.

Durante la jornada de ayer, titulada Adimen emozionalean hezi, ongizatea hazi, varios docentes de los tres territorios compartieron diversas experiencias sobre la implementación de GuGan en sus centros educativos. Este programa consta de tres fases. Según explicaron, en la primera fase, Bagoaz, comienza el proceso formativo en educación emocional del profesorado para asentar las bases teóricas y se crea el equipo tractor en cada centro para su desarrollo.

En la segunda fase, Bagabiltza, cada colegio diseña su proyecto propio apoyado con asesoramiento profesional. Y en la tercera fase, Bagara, se implanta el proyecto de manera transversal en el colegio, incluyendo formación a las familias. Este programa involucra a todo el centro y a toda la comunidad educativa. Tal y como se puedo observar ayer, tanto los ritmos de aplicación como las acciones varían de un centro a otro. Esta jornada sirvió también para hacer entrega de los reconocimientos al profesorado que ya ha recorrido la primera y la segunda fase del camino GuGan.

2024-06-02T06:29:02+02:00
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