Kristoff apura al máximo

A Thomas Silva y Diego Uriarte se les acabó la aventura cuando el brillo del kilómetro de oro, innovación de la Vuelta a Andalucía que bonifica a los que pelean por la general, espabiló a los nobles, siempre dispuestos a coger unas pepitas de oro para su causa.

En una sucesión de esprints se abrió el debate de la ambición. Pidcock agarró 6 segundos de renta en esos acelerones. Arañó a Sivakov, el líder, que mantiene 26 respecto al inglés.

Se agitó la etapa entonces, que adquirió mayor velocidad y rango en busca del esprint de los hombres rápidos después del protagonizado por los mejores de la carrera. El UAE, el mastín del pelotón, pastoreó la llegada junto al Ineos, con Omar Fraile al frente para arrastrar a Ben Turner, y el Uno-X, que pensaba en el veterano Kristoff.

La apuesta por el noruego, un velocista en retirada (suma 97 victorias en el palmarés), pero con el instinto aún intacto, triunfó en Pozoblanco. Kristoff, poderoso, rebañó el laurel a Turner en el golpe de riñón definitivo. Le rebasó cuando el británico parecía ganador.

Le costó remontar y estuvo a un palmo de no lograrlo el noruego después de que Turner se disparara de lejos en el esprint, cuando aún restaban 300 metros para la ceremonia de la victoria. Se quedó colgado Kristtoff, que tuvo que cerrar el hueco e iniciar el adelantamiento con furia.

Lo gestionó de maravilla, pero con intriga hasta el final, cuando sometió a Turner, que masticó bilis. El paladar de la derrota. El sabor dulce de la victoria impregnó a Kristoff que apuró al máximo.