El Baskonia, ya de vuelta en Vitoria tras imponerse en el Trofeo Ciudad de Cagliari, continúa con su pretemporada, en la que el gran objetivo es conseguir que las nuevas piezas se adapten a las ideas de Dusko Ivanovic y que el técnico encuentre una rotación que le permita afrontar la nueva campaña con confianza. En ese sentido, los partidos amistosos funcionarán como laboratorios en los que el montenegrino pondrá a prueba a sus jugadores y determinará sus preferencias. De momento, en los dos primeros amistosos, fichajes como Nnoko y Baldwin IV han dado un paso adelante y han presentado su candidatura a ser importantes este curso, mientras que otros, quizá más necesitados de protagonismo para poder convencer al técnico, no están aprovechando su oportunidad.
Ese es el caso de Arturs Kurucs, una de las cinco únicas piezas que permanecen en la plantilla respecto al curso anterior junto a Giedraitis, Peters, Sedekerskis y Raieste. El exterior letón vivió en la temporada 2020-21 su primer año completo como miembro del primer equipo, aunque apenas contó con protagonismo. El exterior disputó 30 partidos en la ACB, en los que promedió 9 minutos de juego, 2 puntos y unos pobres porcentajes del 44% en tiros de dos y del 23% en triples. Aún más discreta fue su temporada europea, con 4 minutos y 0,7 puntos de media en los 21 partidos que disputó y un 12,5% de acierto en tiros de dos.
Se trata de registros insuficientes para formar parte de un equipo como el Baskonia, pero comprensibles en el primer año compitiendo al máximo nivel para un jugador muy joven y con margen de progresión. Sin embargo, en su segunda temporada en el primer equipo, en la que cumplirá en enero 22 años, hay que exigir más a Kurucs, ya que ocupa una posición en la que el Baskonia está justo de efectivos. El cuadro gasteiztarra solo cuenta en estos momentos con Baldwin IV y Granger en el puesto de base, por lo que en caso de que uno de los dos se lesionase y se perdiese algún encuentro, Kurucs tendría que contar necesariamente con minutos para dar descanso al base restante.
Incluso mientras los dos unos estén sanos la aportación del letón será importante, ya que el Baskonia solo tiene en nómina a un escolta puro como Marinkovic y la posibilidad de cambiar al puesto de dos a Giedraitis o a alguno de los bases. Por ello, el conjunto gasteiztarra necesita un Kurucs que, sin exigirle una brillantez fuera de sus posibilidades, sea capaz al menos de ser sólido en defensa y anotar los lanzamientos liberados con los que cuente cuando los adversarios lo floten. De momento, no ha conseguido ninguna de las dos cosas en los amistosos y su crédito empieza a agotarse.
Bronca de Ivanovic
Ciertamente, Kurucs tiene un panorama favorable para hacer una larga carrera en el Baskonia, pero para ello debe ofrecer un rendimiento que, como mínimo, no desentone en la Euroliga y en la ACB. Al ser canterano y, por lo tanto, ocupar plaza de formación, Kurucs es una pieza muy valiosa para el Baskonia a la hora de construir su plantilla, al igual que Sedekerskis. Diop, por ejemplo, disputó 451 partidos con la zamarra azulgrana sin llegar a ser nunca un fuera de serie y Kurucs podría seguir sus pasos si ofrece un rendimiento aceptable, pero hasta ahora no es el caso.
En pretemporada tiene una gran oportunidad para acumular minutos y convencer a Ivanovic, algo que será más difícil una vez comiencen los partidos oficiales. La semana pasada jugó 12 minutos contra el Napoli y 7 contra el Dinamo Sassari, y en ningún caso dio la talla ante dos equipos de menor nivel que el Baskonia. Contra el Napoli falló los dos tiros que intentó, pero no estuvo mal en defensa, mientras que contra el Sassari cometió cuatro faltas en 7 minutos y se ganó una bronca antológica de Ivanovic.
Si en ataque estuvo desacertado, en defensa fue un desastre. Perdió un balón y le pitaron un 2+1 en contra y técnica por dar un empujón de frustración por la espalda, mientras que poco después cometió una falta innecesaria cuando la posesión se acababa y el Baskonia estaba en bonus. Aunque solo llevaba 20 segundos en el parqué, Dusko lo devolvió al banquillo, sustituyéndolo por Fontecchio.