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La junta de accionistas de Kutxabank ha creado este martes la sociedad Indar, que será un vehículo de inversión en empresas "del entorno" —sin renunciar a otras áreas de influencia el foco está puesto principalmente en Euskadi— y que contará con una capacidad de inversión inicial de 500 millones de euros. Un capital abierto a la "coinversión" con otros fondos, lo que garantiza un efecto multiplicador de los recursos. El objetivo, según ha informado la entidad financiera vasca, serán las “empresas tractoras con un modelo de negocio sólido o inmersas en proyectos de crecimiento y expansión”. Todo ello con una vocación de permanencia a largo plazo.
Indar tendrá una estructura de gestión independiente de Kutxabank y contará con sus recursos, y estará dirigida por el zarauztarra José Iturriaga. La entidad considera que, gracias a contar con un equipo de gestión propio, se facilitarán la incorporación de inversores a la nueva sociedad y su posible cotización futura.
Las fundaciones accionistas de Kutxabank —BBK, Kutxa Fundazioa y Vital— han celebrado la apertura de Indar como un refuerzo de su “compromiso histórico” con el apoyo al tejido empresarial.
Estrategia global
El banco de las tres antiguas cajas de ahorros de la CAV trabaja desde hace meses en este proyecto, que refuerza la estrategia del banco. En un entorno financiero desarrollado, la entidad apuesta por nuevos instrumentos de apoyo a largo plazo a la actividad económica. La industria y los proyectos que contribuyan a la generación de empleo estable son los ejes principales de la actuación y el banco ya está analizando oportunidades de inversión. Aunque es pronto para marcar plazos, la nueva herramienta financiera no tardará en anunciar las primeras operaciones.
La supervisión directa por parte del Banco Central Europeo conlleva un estricto rigor en los riesgos en el capítulo de la inversión y, por ello, Kutxabank ha traspasado a las fundaciones bancarias acciones de Iberdrola por valor de 400 millones de euros. El objetivo es diversificar riesgos y abrir hueco a nuevas operaciones. La participación en la eléctrica vasca se mantiene, pero se cuelgan prendas del armario de la habitación principal en el resto para poder adquirir otras.
De este modo, el banco "refuerza su perfil de riesgo, al ajustar la concentración de exposición en la energética, y consigue margen de actuación para diversificar su cartera industrial”. Además, "conservará parte de su inversión en Iberdrola, “una entidad con fuerte arraigo en Euskadi”.
Por otro lado, la junta de accionistas de la entidad ha autorizado el reparto de un dividendo de 83,8 millones de euros a cuenta del ejercicio 2024. Fondos que nutren la obra social de las tres antiguas cajas y posibilitan sus inversiones industriales.