El presidente de Kutxabank, Antón Arriola, puso ayer fin formalmente al proceso de desinversión industrial de la entidad financiera vasca, abierto como consecuencia de las exigencias del Banco Central Europeo. Arriola afirmó que Kutxabank “no contempla ninguna venta” adicional. Al contrario, está ya en disposición de “reforzar” su presencia en las empresas de las que forma parte del accionariado y “acompañarlas” en los retos que tienen que afrontar.
Lo hizo además durante una visita a Petronor, una de las grandes participadas del banco de las antiguas cajas de ahorro vascas, y que es uno de los líderes en Euskadi del cambio de paradigma energético con su apuesta por el hidrógeno verde como sustituto de los combustibles tradicionales.
Al igual que Kutxabank en el capítulo de su histórica vocación industrial por exigencias regulatorias, la refinería de Muskiz está obligada a replantearse su modelo de negocio en medio de la transición hacia una economía más sostenible, lo que pasa sin remedio por la descarbonización. En ese contexto se enmarca en gran medida la visita de Arriola ayer a Petronor.
La crisis financiera de 2009, que se llevó por delante gran parte del sistema estatal, puso al sector en el punto de mira del regulador. La nueva dieta diseñada a partir de entonces es muy básica: la banca debe dedicarse casi exclusivamente al negocio bancario y limitar a su mínima expresión el apoyo a las iniciativas empresariales.
Exigencia que choca con la naturaleza de las cajas de ahorros: ser un agente activo en el desarrollo social y económico del país, que sigue siendo hoy la razón de ser de las actuales fundaciones bancarias BBK, Kutxa y Caja Vital, a través de su obra social.
En los últimos años, siguiendo los requerimientos de las autoridades bancarias europeas, Kutxabank se ha deshecho de la mayoría de sus participaciones industriales, las últimas las de Euskaltel e Ibermática, y sólo mantiene paquetes importantes de forma directa en Petronor (14%), CAF (14%), Ingeteam (16%) e Iberdrola (1,6%, cuando llegó a superar el 5%).
Arriola, junto al consejero delegado del banco vasco, Javier García Lurueña, visitó las instalaciones de Petronor para conocer de primera mano el proceso productivo de la refinería así como su apuesta por la sostenibilidad energética y el hidrógeno como vector para la descarbonización, informó Petronor en una nota de prensa.
Una relación histórica
El nuevo presidente de Kutxabank fue recibido por el presidente de la refinería, Emiliano López Atxurra, a quien trasladó su apuesta por el proyecto. “Nuestro compromiso con Petronor es absoluto y también con el resto de nuestras participadas, que son un motor económico importantísimo tanto dentro como fuera de Euskadi. En este sentido, no contemplamos ninguna venta y sí reforzar y acompañarlas”, afirmó Arriola. Es el mensaje más claro en ese sentido lanzado por un responsable del banco desde su puesta en marcha.
Por su parte, López Atxurra indicó que “tener a Kutxabank en el accionariado supone una seguridad sobre la implantación e implicación de Petronor como proyecto industrial en el país, y, sobre todo, supone el reencuentro con la historia desde el inicio de la refinería en 1968”.
Junto a las participaciones directas, el banco de las tres antiguas cajas de ahorro de la CAV está presente también en otras compañías a través de Ekarpen, un fondo de inversión de raíz públicoprivada cuyo principal accionista, con un 44,44%, es precisamente Kutxabank. El Gobierno vasco controla casi un 35% y las tres diputaciones forales suman un 11% en función de su peso en la economía vasca. Mondragon Inversiones aporta algo más de un 7%. Ekarpen está presente en Gestamp, CIE Automotive, Arteche, Tubos Reunidos o Haizea Wind, que puso la semana pasada la primera piedra de la ampliación de sus instalaciones en el Puerto de Bilbao.