Había muchas ganas de fiesta. De saltar, de bailar, de beber y de pasarlo en grande con familiares o amigos. Y así fue. La calle Cuchillería de la capital alavesa vivió un ambiente magnífico tras la bajada de Celedón. Tras dos años en los que la pandemia impidió celebrar cualquier tipo de actividad lúdica, fueron miles las personas que abarrotaron esta popular zona del Casco Viejo en busca de ganas de marcha y disfrutar.
A media tarde, una vez que los miles de vitorianos y visitantes comenzaron a abandonar la plaza de la Virgen Blanca, fue el público adulto quién saturaba la kutxi. Hombres y mujeres de entre 30 y 50 años disfrutaban en las terrazas de los establecimientos hosteleros, algunos de ellos con niños. Botellines de cerveza y patxaran eran las bebidas más demandadas, no sólo para refrescarse y celebrar el inicio de los festejos, sino también para lanzárselo a amigos y desconocidos. El Kirol, Txapeldun o el 7 fueron los bares con mayor afluencia. Pedir un katxi en cualquiera de estos locales era prácticamente misión imposible con permiso del Okendo, que con su potente música animaba también a los viandantes a bailar y cantar.
Los reencuentros también se sucedían según iba avanzando la tarde. Besos, abrazos y choques de manos acontecían con frecuencia para desearse unas felices fiestas.
Lo que tampoco faltaron, al igual que en otros puntos de la ciudad, fueron los lanzamientos de cubos de agua desde algunos balcones de la calle. En la parte más alta, junto a la cuesta de San Francisco, fue donde más se realizaron este tipo de acciones, acompañado de transeúntes que portaban pistolas y globos de agua. Fueron muchos los que aprovecharon a refrescarse pese a que el sol no apretaba con fuerza en la capital alavesa.
Quienes también se pusieron las botas, y en este caso aprovecharon a hacer caja, fueron los vendedores ambulantes. El producto más demandado fueron las chapas personalizadas, seguido de los sombreros, las pulseras y los collares de flores. Una manera distinta de llevarse un recuerdo de las fiestas y que tuvieron un gran éxito en la jornada de ayer.
A medida que la tarde iba dejando paso a la noche, los más jóvenes eran quienes poco a poco se iban haciendo con el control de la calle. Las cañas y los botellines de cerveza comenzaban a ser sustituidos por kalimotxos y otras bebidas alcohólicas como el ron, el vodka o la ginebra, además de chupitos. Y es que pese a que la temperatura comenzaba a bajar y más de uno transitaba sin camiseta, chicos y chicas, menores de 30 años en su mayoría, se resistían a abandonar la zona e irse a casa, para pegarse una buena ducha y coger fuerzas de cara a la noche.
Una buena señal para los bares de la kutxi que no daban a vasto para servir a tanto gentío y que esperan recuperar las pérdidas y el ambiente tras dos años con los brazos cruzados. Algo que también se pudo apreciar hace algo más de una semana, con la celebración del Día de Santiago.
La fiesta ya ha comenzado. Por delante cinco días para disfrutar en kutxi y otros puntos de Gasteiz.