A pesar de que el calor vivido este domingo quizá invitaba más a tumbarse frente al mar que a sentarse delante del ordenador, los 3.000 participantes de la Euskal Encounter permanecieron fieles a sus puestos en la que fue la penúltima jornada de esta 30º edición. Todos, salvo aquellos y aquellas a los que no les quedó otro remedio que cerrar sesión y despedirse de los 60GB de conexión a internet para volver a casa, ya que este lunes no es festivo en todas las Comunidades. “Mi hermano y yo vinimos el jueves y recogemos hoy porque mañana nos toca trabajar y tenemos que volver a Madrid”, contaba Jorge, con tienda de campaña plegada en mano y su ordenador en un carrito.
La gran cita de la informática finaliza este lunes con una entrega de premios como broche final a las 12 de la mañana, si bien la desconexión de la red de datos no se llevará a cabo hasta las 17 horas. De esta manera se cerrará la primera edición de la party celebrada, de nuevo, sin restricciones y en los 21.000 metros cuadrados del pabellón 5 del BEC.
“Respecto al antes y al después de la pandemia, la única diferencia que hemos notado es que los participantes han tomado parte más activa en las competiciones este año con 3.000 ordenadores que con 5.000 en el 2019”, exponía Sabino San Vicente, organizador general de esta edición. Así mismo, desde la organización reconocen que “todavía sigue habiendo cierto miedo y ha habido gente que ha decidido esperar un año más”. Este último no ha sido el caso de Emilia, de 64 años, y Ana, de 46. Esta suegra y esta nuera valencianas asisten desde el 2015.“Antes teníamos en casa la Campus Party, pero la cerraron así que decidimos que nos teníamos que venir aquí. Este año, entre familia y amigos de mi nieto,nos hemos venido en total 11 personas y nos volveremos cuando nos echen”, comentaba Emilia.
Los que sí que tuvieron la última oportunidad de acercarse a este encuentro fueron los y las visitantes de la Opengune, que cerró sus puertas al público general este domingo a las 21h. Desde el pasado viernes, en esta zona ha sido posible desde hacer un viaje al pasado reciente de los ordenadores, hasta pilotar un dron, entre otras muchas actividades.
“Tenemos dos instalaciones de realidad virtual. Una de ellas se basa en la experiencia de hiperrealidad y te permite aparecer en mitad del mar”, explicaba Nacho Junquera, encargado de una de las zonas de realidad virtual dispuestas en Opengune. Sin alejarnos mucho, nos encontramos dos baúles con un extintor real. “Esta herramienta está desarrollada para la formación en extinción de incendios sin necesidad de tener que poner a punto toda la logísitca que sería necesaria”, añadía.
De simular estar apagando un fuego también simular estar compitiendo en un rally. “He traído cuatro simuladores de coches. Tienen pedalera con acelerador, freno y embrague; además de un volante con levas y un triple monitor para tener la sensación de que estamos sentados dentro del coche”, aclaraba Iñigo Martínez, responsable de OcioSim.
Si a los mayores les gusta jugar, los más pequeños no iban a ser menos en la Euskal Encounter. En especial, los más peques contaban con varios espacios donde aprender, con o sin pantalla, y divertirse. Para facilitar esto último, CampTecnológico, proyecto enfocado hacia la educación robótica se ha encargado de impartir talleres o enseñar juegos: “El objetivo que perseguimos es que tengan las primeras experiencias de aprendizaje sobre programación, la tecnología y la robótica”, concretaba Jesús Ángel Bravo, director de CampTecnológico. “Nos invitaron a venir a los talleres y era o la playa o esto”, contaba Nerea Agirrebengoa, amatxu, mientras su hijo de 9 años jugaba al Minecraft. “Todo esto sin pasarse demasiado. Aquí puede jugar y, a la vez, relacionarse”.