Se llama Teresa del Río, pero se hace conocer como Teresa La Pelaya en TikTok, donde sube un montón de vídeos con su día a día. Todo sonaría normal a estas alturas de siglo XXI si no fuera porque Teresa tiene 92 años, cuatro hijos, siete nietos y cuatro bisnietos. Esta simpática anciana de Ágreda (Soria), que cuenta con casi 90.000 seguidores en esta red social, en la que ha recibido más de un millón y medio de likes, se ha hecho viral en los últimos días por un vídeo en el que reclama que le sirvan kalimotxo y que suma más de 2,2 millones de reproducciones.
No es que únicamente pida la famosa bebida mezcla de vino tinto con Coca-Cola, sino que además exige un vaso grande cuando su hija le acerca uno pequeño. “¡No quiero en este vaso, qué roñosería!”, se queja al ver el tamaño. “¡Fuera! Un vaso más grande, como de toda la vida”, y le cede el pequeño a su nieta.
Consigue que le traigan uno grande y rechaza el hielo, y entonces le sirven muy poco vino. “¡Si has echado una gota!", se queja. “Se cree que me va a engañar a mí. Por aquí”, dice con gran espontaneidad cuando le rellenan un poco más el vaso. Entonces su hija le recuerda dónde está: “La que mando soy yo, dice la hija”. “Ah bueno, en tu casa sí mandas, pero en el vaso y en el vino mando yo. ¡Nos ha jodido!”, responde Teresa, que a su edad sigue viviendo sola en su propia casa.
A la anciana no le parece suficiente la cantidad de vino que tiene en el vaso. “Fíjate qué miseria. ¿Te crees que hay derecho?”, y consigue que le echen un poco más. “¿Tú ves normal un kalimotxo para una mujer de 92 años?”, le reprocha su hija, pero Teresa no se rinde. “Pero gente de 92 años está… ¡pumba!, ¿dónde están?, y yo aquí estoy. Si yo en la vida no me he emborrachado y con buenos tragos de whisky”, afirma, y se santigua antes de disponerse a beber el kalimotxo.
No es el vídeo más exitoso de Teresa La Pelaya, que sumó hace mes y medio casi seis millones de visualizaciones con otra grabación relacionada con el alcohol, en la que reclama (y consigue) que le sirvan un chupito de orujo al acabar de comer.
Con 4,7 millones de reproducciones hay otro momento similar en el que rechaza constantemente el agua porque quiere kalimotxo y en su defecto, vino con gaseosa.
Y tiene dos vídeos más con más de 1 millón de visualizaciones. En uno, mientras se bebe el kalimotxo reclama que le echen nata a las fresas pese a las reticencias de su hija, preocupada por su nivel de azúcar.
Y en el otro se ve su angustia al ver que su hija quiere tirar el chupito que ha rechazado beber su yerno. Con su insistencia habitual, consigue que se lo den a ella, pese a que ya se había tomado el suyo.